La tendencia de las “listas de infieles” llegó a otro nivel en Ecuador: un supuesto Registro Nacional de Infieles comenzó a circular en redes sociales, acumulando decenas de miles de nombres y convirtiéndose en uno de los archivos colaborativos más comentados del país. De acuerdo con el documento viral, Quito encabeza la lista con 11.598 registros, convirtiéndose en la ciudad con más presuntos casos reportados.
El archivo —que funciona como una hoja de cálculo abierta al público— contiene datos como nombre completo, ciudad, ocupación y motivo de la infidelidad, y permite a los usuarios agregar nueva información a través de un formulario anónimo.
La creadora de contenido Lis Castro fue una de las primeras en viralizar la cifra:
“En Quito están 11 mil 598. Ni el censo está tan organizado, amigas. Es un archivo gigante con más de 50 mil infieles. Sale el nombre, la ciudad, a qué se dedica y el motivo de por qué fue infiel”.
Castro comentó además que otras ciudades también registran cifras altas:
- Guambato (Ambato): 3.258
- Guayaquil, Cuenca y Loja también aparecen con miles de entradas, aunque en menor proporción.
Incluso bromeó sobre información que, según ella, “faltó” en el documento:
“La cédula amigas, la cédula. Así matábamos dos pájaros de un tiro: veíamos si tenía guagua o pensión de alimentos”.
¿Cómo se registra a alguien?
Según los videos que circulan en TikTok, el proceso consiste en llenar un formulario donde se debe proporcionar:
- Nombre completo
- Ciudad
- Ocupación
- Motivo de la acusación
- Evidencia opcional (capturas, enlaces, imágenes)
Una vez enviado, el dato se añade automáticamente al archivo principal.
Un fenómeno regional lleno de polémica
La tendencia comenzó en Perú con la famosa “lista negra de las girls”, donde se exponían hombres acusados de infidelidad. El modelo se replicó en Chile —donde estalló la llamada “guerra de los Excel”— y también en México. Ahora Ecuador suma su propia versión del fenómeno.
Expertos en privacidad advierten que este tipo de listas pueden violar leyes de protección de datos, exponer a personas inocentes, fomentar la violencia digital y dar pie a procesos por difamación.
Por ahora, el Registro Nacional de Infieles continúa creciendo y alimentando el debate: entre la curiosidad, la advertencia entre usuarios y la exposición masiva de datos personales, la polémica sigue abierta.