Un exmilitar ruso de 29 años, Kirill Tereshin mejor conocido como el “Popeye Ruso”, está a punto de perder ambos brazos debido a las graves consecuencias de haberse inyectado durante ocho años una mezcla de vaselina y synthol en un intento por aumentar de manera artificial el tamaño de sus músculos, buscando parecerse al famoso personaje de dibujos animados, Popeye el Marino.
Aumento muscular desproporcionado
Lo que comenzó como una ambición estética, rápidamente se transformó en una pesadilla. Tereshin buscaba obtener una apariencia de músculos desmesuradamente grandes, pero su cuerpo comenzó a rechazar las sustancias, lo que provocó una serie de complicaciones médicas.
De acuerdo con The New York Post, las inyecciones repetidas de vaselina y synthol ocasionaron daños internos graves en los músculos y tejidos, generando infecciones severas que avanzan rápidamente.
Los efectos devastadores de las inyecciones
Las inyecciones de synthol causaron una fibrosis tisular, es decir, una acumulación excesiva de tejido cicatricial como respuesta a una lesión crónica. Con el tiempo, esta condición ha desembocado en necrosis (muerte celular), lo que ha puesto en riesgo la salud de sus brazos.
Ahora, Tereshin necesita urgentemente varias operaciones de injerto de piel para tratar de salvar sus extremidades. Sin embargo, los médicos han señalado que no podrá someterse a ninguna cirugía hasta que las infecciones sean controladas y desaparezcan.
¿Qué opciones tiene Tereshin?
La situación de Tereshin es grave, y las autoridades médicas advierten que si no se toman medidas inmediatas, podría perder permanentemente la movilidad en sus brazos. Además, el procedimiento para tratar sus lesiones podría ser muy largo y complicado

