Un niño de 11 años se llevó un gran susto al despertarse y encontrar a un desconocido dentro de su habitación sosteniendo una bolsa de papas fritas. El intruso, identificado como Robert Harvey, ingresó tambaleándose en estado de embriaguez a una vivienda familiar y deambuló por varias habitaciones antes de ser descubierto.
El hecho ocurrió alrededor de las 03:00 del 22 de octubre en una casa ubicada en Rock Ferry, Wirral, según lo expuesto este jueves ante el Tribunal de Liverpool, en Reino Unido.
El niño fingió dormir y alertó a su familia
Al despertar y ver al hombre en su cuarto, el menor fingió estar dormido mientras enviaba un mensaje al chat familiar para pedir ayuda. Minutos después, vio cómo Harvey ingresó también a las habitaciones de sus hermanas, aunque ninguna de las pequeñas se movió.
El fiscal detalló que el niño “actuó con valentía” al enfrentarse al intruso, ordenándole que no se moviera antes de correr a la habitación de sus padres para alertarlos. La madre encontró al hombre de 34 años de pie en las escaleras, mientras el padre lo confrontaba exigiendo una explicación.
Lo único que Harvey murmuró fue “algo sobre que la tapa del inodoro era gris”, lo que llevó a los padres a pensar que estaba drogado o totalmente desorientado.
Se fue por su cuenta, pero robó dinero y alimentos
Luego de que intentaran sacarlo de la vivienda, el intruso salió por su propia voluntad. Poco después, la familia notó que faltaban 10 libras, además de cigarrillos y aperitivos que habían sido abiertos y dejados en la cocina.
Harvey fue detenido horas más tarde en las inmediaciones, llevando cuatro bolsas de papas fritas, los cigarrillos y dos billetes de 10 libras.
Durante el interrogatorio, realizó “confesiones completas y sinceras”, admitiendo que estaba ebrio.
Historial delictivo y condena
Harvey tiene 44 condenas previas por 61 delitos, principalmente robos y hurtos menores. Desde mayo de 2023 tenía una sentencia de 28 meses por posesión de drogas con intención de distribución, y en enero sumó seis meses adicionales por un caso similar. Tras su liberación, estaba bajo libertad condicional.
Su defensa informó que recientemente fue diagnosticado con TDAH y trastorno bipolar, y que había logrado mantener un empleo antes del incidente. Aseguró que no recuerda cómo llegó a la casa ni qué consumió esa noche. Durante la entrevista policial “estuvo lloroso, repetía que no podía perdonarse y asumía toda la responsabilidad”.
El Tribunal de Liverpool lo condenó a 14 meses de prisión por robo con allanamiento de morada. La jueza Anna Price señaló que el niño “comprensiblemente estaba aterrorizado”, y que el impacto emocional en la familia será “profundo y duradero”.

