La ciudad de Río de Janeiro registró este martes una de las intervenciones policiales más graves de su historia cuando una operación contra la facción Comando Vermelho dejó al menos 132 muertos, según informó la Defensoría Pública del Estado de Río de Janeiro. Este hecho, que supera con creces los balances iniciales oficiales, ha generado una ola de preocupación nacional e internacional por el uso de fuerza y el número de víctimas.
¿Cuál es el alcance del operativo y cuántas víctimas dejó?
La intervención, realizada en los complejos de favelas de Penha y Alemão, fue calificada por las autoridades estatales como el mayor operativo policial en la historia de Río. Según la Defensoría Pública, 132 personas perdieron la vida durante la acción.
El gobernador Cláudio Castro, por su parte, reconoció 58 muertos, aunque advirtió que la cifra podría aumentar. Entre las víctimas se encuentran cuatro agentes de policía, lo que incrementa la complejidad del balance oficial.
¿Qué denuncian los organismos de derechos humanos y la sociedad civil?
La Defensoría Pública acompañó desde la madrugada las labores de identificación de cuerpos y recogida de testimonios de familiares, denunciando que la violencia estatal alcanzó niveles “nunca vistos”.

La distribución de cadáveres en calles de Penha, hallados por vecinos y no incluidos inicialmente en el registro estatal, alimenta la hipótesis de una sub-notificación oficial. Organismos como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos han lamentado la operación y exigido investigar las posibles violaciones de derechos humanos.
¿Cuáles son las implicaciones políticas y sociales del operativo?
El gobernador Cláudio Castro calificó la intervención como “éxito” y “duro golpe al crimen organizado”, insistiendo en que los fallecidos, salvo los policías, eran miembros de la facción criminal. Sin embargo, sectores de la izquierda política y defensores de derechos humanos denunciaron la operación como una masacre estatal, alertando sobre el impacto en comunidades vulnerables.

La magnitud del operativo también coloca a la mirada internacional sobre Brasil, pocos días antes de confrontar importantes cumbres climáticas globales, lo que convierte el episodio en un foco de debate sobre seguridad, violencia urbana y derechos civiles.

