Dani Alves, exestrella del Barça, atraviesa una etapa de transformación personal marcada por la fe. Tras salir absuelto de una acusación de agresión sexual en Barcelona, el exfutbolista brasileño, de 42 años, ha encontrado refugio en el cristianismo evangélico y se ha convertido en un habitual de la Iglesia Elim en Girona.
Lejos de los focos deportivos, Alves ahora comparte en sus redes sociales mensajes y versículos bíblicos, mostrando un compromiso cada vez más visible con su nueva vida espiritual. La disciplina y el rigor que lo caracterizaron en el campo parecen trasladarse ahora a su vida religiosa, donde asegura haber encontrado paz y propósito.
Dani Alves no deja lugar a dudas: la fe tiene un papel central en su vida. “Cuando todo parece desmoronarse, cuando la tormenta no da tregua, siempre aparece alguien que trae un mensaje de esperanza”, confiesa. Y en su caso, ese mensaje llegó en el momento más oscuro. “Fueron ellos quienes me guiaron hasta la Iglesia, quienes me mostraron un camino que hoy sigo con gratitud y convicción”, agrega. Para Alves, la espiritualidad no es un complemento: es una brújula que lo sostiene incluso en los días más difíciles.