El nombre de Andreina L. ha sonado con fuerza tras su detención por el asesinato y desmembramiento de su madre, un hecho que ha conmocionado al Ecuador.
Sin embargo, este no sería su primer vínculo con casos violentos. Según los investigadores, la mujer ya había sido señalada en hechos previos que levantaron sospechas sobre su conducta.
Actualmente cumple prisión preventiva, mientras la justicia reúne pruebas sobre el crimen ocurrido en su casa, ubicada en Sauces 9.
Las primeras indagaciones revelan un patrón inquietante: mentiras, manipulación y un aparente interés por la muerte.
Un intento de asesinato con un “jugo envenenado”
En julio de 2022 un violento episodio involucró a Andreína. Gerardo V., un hombre que había trabajado con ella, denunció que fue víctima de un intento de asesinato, según consta en la Función Judicial.
El denunciante aseguró que después de beber un jugo preparado por Andreina, comenzó a sentirse mal y perdió el conocimiento.
Antes de desvanecerse, alcanzó a enviar su ubicación por mensaje, lo que permitió su rescate.
Según su testimonio, la mujer había intentado hacer creer a su pareja que él se encontraba bien, ocultando el hecho de que estaba inconsciente.
Desaparición de su amiga sin respuestas:
El expediente policial muestra que en enero de 2022, meses antes de lo sucedido con su compañero de trabajo, la joven fue mencionada en una denuncia por la desaparición de Jennifer Banguera, una joven que habría sido vista por última vez en su casa, en Sauces 9.
Días después, la denuncia fue retirada por la madre de la desaparecida, algo que despertó dudas dentro de la Unidad de Desaparecidos.
De acuerdo con los protocolos, una denuncia solo puede cerrarse cuando la persona reportada aparece, pero Jennifer nunca regresó a casa. Desde entonces, su paradero es un misterio.
Su madre indicó a la Policía que únicamente ha mantenido contacto con su hija por vía telefónica, pero nunca más la volvió a ver.
Los detalles escalofriantes que hallaron en el celular de Andreína:
Tras su detención, los agentes hallaron en el teléfono de la mujer de 32 años, videos, imágenes y documentales sobre asesinos seriales.
Entre los nombres figuraban Jeffrey Dahmer y Ted Bundy, figuras emblemáticas de la violencia extrema.
Los investigadores describen a la acusada como una persona fría, calculadora y con una fijación por el dolor y el control, lo que encajaría con un perfil psicológico de alta peligrosidad.
Un caso que conmociona al país
El asesinato de su madre, sumado a los antecedentes y a su comportamiento perturbador, ha convertido este caso en uno de los más impactantes de los últimos años en Ecuador.