El museo del Louvre en París sufrió un robo cuando un grupo de ladrones ingresó a la Galería Apolo y se llevó varias joyas históricas.
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El operativo fue rápido y planificado: los delincuentes estacionaron un camión con escalera, accedieron al segundo piso y en menos de siete minutos vaciaron dos vitrinas con piezas de la corona francesa.
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Las joyas robadas
Entre los objetos sustraídos se incluyen diademas, collares, pendientes y broches pertenecientes a la emperatriz María Luisa, la reina Hortensia, la reina María Amelia y la emperatriz Eugenia.Una de las coronas fue recuperada cerca del museo, aunque con daños visibles.

Profesionalismo y modus operandi
El ministro del Interior francés, Laurent Nuñez, afirmó que la banda actuó de manera profesional y organizada.No necesitaron más de siete minutos para ejecutar el robo y casi consumar el incendio de su vehículo en el exterior, lo que fue impedido por personal del museo.
Protocolos que funcionaron
Cinco empleados del Louvre siguieron el protocolo de seguridad: alertaron a las autoridades y protegieron a los visitantes. Las alarmas funcionaron, aunque el robo evidencia vulnerabilidades en la protección de piezas valiosas.

Motivaciones de los ladrones
Las joyas, a diferencia de pinturas como la Mona Lisa, se pueden fragmentar y vender fácilmente en el mercado negro. Diamantes y piezas de oro mantienen alto valor al ser vendidos por partes.
El robo se suma a otros recientes en Francia, como el oro del Museo de Historia Natural y la porcelana de Limoges. El Louvre ha sufrido pocos robos históricos; el más famoso sigue siendo el de la Mona Lisa en 1911. Las autoridades buscan evitar que las joyas desaparezcan en el mercado ilegal.