Una densa nube de gas lacrimógeno cubre el cielo de Otavalo. Las detonaciones no cesan. Desde tempranas horas de este 14 de octubre, la vía E35, a la altura del redondel principal del cantón, se ha convertido en escenario de fuertes enfrentamientos entre manifestantes y la fuerza pública.
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El objetivo del Gobierno es claro: abrir el paso hacia Ibarra, mientras los habitantes del centro de la ciudad aseguran vivir “un secuestro total”.
“No podemos salir, no hay paso, ni siquiera podemos ir a comprar comida. Estamos secuestrados”, relató una comerciante del centro histórico.
Dos horas de choques ininterrumpidos
De acuerdo con reportes, los enfrentamientos llevan más de dos horas. Desde la zona de Peguche, decenas de manifestantes descienden hacia el centro de Otavalo lanzando piedras y palos, mientras los uniformados responden con gases lacrimógenos y disparos disuasivos.
Videos difundidos en redes sociales muestran a grupos de personas arrancando adoquines del suelo para cerrar el ingreso norte de la ciudad. Las calles están cubiertas de piedras, humo y restos de gas lacrimógeno.



“Los manifestantes no son de aquí. Han llegado desde otras zonas y están bloqueando todo”, denunció un vecino del barrio.
Seis detenidos tras ataques al convoy humanitario
El ministro del Interior, John Reimberg, informó que hay seis personas detenidas en Imbabura por los ataques ocurridos la madrugada de este lunes contra el convoy humanitario que partió desde Ibarra hacia Otavalo para entregar kits de alimentos y gas doméstico.
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“Nada ni nadie va a detenernos. Estamos aquí como Gobierno para devolver la normalidad a Imbabura”, reiteró el funcionario durante su visita al cuartel de Otavalo, que hoy sirve como base para coordinar las operaciones.
La caravana humanitaria había llegado la noche anterior a Ibarra y retornó en la madrugada hacia Otavalo, cuando fue interceptada por grupos que, según el Ministerio, intentaron impedir la entrega de ayuda.
Gas, alimentos y miedo
En medio de los enfrentamientos, decenas de ciudadanos hacen fila en el parque central de Otavalo para recibir gas doméstico y alimentos. Muchos llegaron con tanques vacíos, otros buscan kits de víveres distribuidos por el Gobierno.
Las imágenes muestran una ciudad partida en dos: mientras los enfrentamientos se intensifican, las familias esperan en silencio bajo el humo, intentando acceder a la ayuda humanitaria.