Una tragedia sacudió a la comunidad de Southend, Essex (Reino Unido), luego de que Michelle Hempstead, de 34 años, falleciera tras ser mordida por su perro mientras intentaba detener una pelea entre sus dos mascotas por un nugget de pollo.
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El incidente
El 29 de julio de 2024, Hempstead compartía una comida con su pareja, Samuel West, cuando sus dos perros —Trigg, un cruce de rottweiler y mastín, y Pom, un pomerania— se disputaron un trozo de nugget. Al intervenir, la mujer recibió una mordida en el brazo izquierdo, que le provocó una lesión catastrófica.
Hempstead alcanzó a gritar “Mi perro me ha atacado” antes de ser trasladada de urgencia al Hospital Southend y posteriormente al Royal London Hospital, donde falleció el 30 de julio debido a insuficiencia orgánica múltiple por pérdida de sangre.
Investigación forense
La audiencia realizada el 29 de septiembre de 2025 en el Tribunal Forense de Essex determinó que la mordedura no fue maliciosa, sino producto de un accidente. El forense Lincoln Brookes indicó que Hempstead se encontraba “en el lugar equivocado en el momento equivocado” y que Trigg, el perro involucrado, había sido descrito como un “gigante gentil” sin antecedentes de agresión hacia personas o animales.
La investigación descartó circunstancias sospechosas y confirmó que la pareja de la víctima no enfrentará cargos.
Testimonios
El señor West relató que la mordedura ocurrió cuando lanzaban trozos de nuggets a los perros para que los atraparan. En ese momento, ambos animales se abalanzaron y, en la confusión, Hempstead recibió el impacto fatal. “Fue un accidente extraño”, declaró.
Por su parte, la familia de la víctima recordó a Michelle como una mujer resiliente, generosa y valiente, que nunca se quejaba a pesar de las dificultades y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.
El caso fue clasificado oficialmente como un accidente doméstico, subrayando los riesgos que pueden surgir incluso en entornos familiares con mascotas consideradas dóciles.