En Inglaterra, Michelle Philpots vive una vida marcada por una extraña condición: la amnesia anterógrada. Tras sufrir dos accidentes en los años 80 y 90, su memoria quedó limitada a unas pocas horas, lo que le impide recordar lo que ocurrió el día anterior. Cada mañana despierta sin saber que está casada, que el mundo cambió después de 1994 o que ya no vive la vida que alguna vez conoció.
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Una vida detenida en el tiempo
Michelle, originaria de la ciudad de Spalding, en Lincolnshire, llevaba una vida normal antes de los accidentes: trabajaba en tareas administrativas y mantenía un noviazgo con Ian, quien años más tarde se convertiría en su esposo. Sin embargo, tras el segundo accidente en 1990, las secuelas neurológicas transformaron radicalmente su vida.
La mujer no recuerda nada posterior a 1994. Para ella, el primer ministro británico sigue siendo John Major y desconoce hitos como los atentados del 11 de septiembre. Incluso olvida que está casada con Ian desde 1997. Cada día, su esposo debe recordarle con fotos y notas que ya no son novios, sino pareja de vida.
La red de apoyo
Para sobrellevar su día a día, Michelle depende de recordatorios escritos en papeles y alarmas en su celular. Su esposo Ian cumple un papel clave, ayudándola a reconstruir su realidad cada mañana. También la comunidad de Spalding ha aprendido a apoyarla: vecinos y comerciantes la saludan como si fuera la primera vez y entienden cómo acompañarla.
Además, Michelle utiliza una pulsera médica con datos de contacto en caso de desorientación. Aunque reconoce que vivir con esta condición es frustrante, suele tomarse la situación con humor y ha aprendido a convivir con la repetición diaria de su vida.
Una historia de película
El caso de Michelle inspiró parcialmente la trama de la película 50 First Dates (2004), protagonizada por Drew Barrymore y Adam Sandler. En el film, la protagonista sufre un trastorno similar que la hace olvidar cada día lo vivido, mientras su pareja encuentra formas creativas de reconquistarla diariamente.
Más allá de la ficción
Aunque la película llevó esta condición a la comedia romántica, la vida de Michelle refleja las dificultades reales de convivir con un trastorno neurológico que impide generar nuevos recuerdos. Su historia recuerda la importancia de las redes de apoyo y la resiliencia frente a enfermedades poco comunes.
Para Michelle, cada día es literalmente el primero: una lucha constante por encontrar sentido en un presente que se borra al dormir.