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Hombre inspiró a un cirujano a cortarse sus propias piernas: “¡Tan genial, sin pies!”

Neil Hopper, un médico que se volvió símbolo de resiliencia, resultó implicado en un oscuro caso de fraude, fetichismo y contacto directo con el dueño del sitio ‘The Eunuch Maker’.

Hombre inspiró a un cirujano a cortarse sus propias piernas
Hombre inspiró a un cirujano a cortarse sus propias piernas.

Neil Hopper pasó de ser una figura admirada en Reino Unido por “superar” la pérdida de sus piernas, a ser condenado por fraude y vinculado con una red de mutilación extrema liderada por Marius Gustavson, creador del sitio web ‘The Eunuch Maker’.

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Durante años, Neil Hopper fue visto como un ejemplo de superación. Según relataba, una sepsis lo obligó a amputarse ambas piernas y lo llevó a una transformación personal. Sin embargo, la historia era falsa. En realidad, Hopper planeó su propia mutilación como parte de un fetiche personal y para obtener dinero de aseguradoras.

La revelación surgió durante la investigación criminal contra Marius Gustavson, sentenciado a cadena perpetua por liderar una red de mutilación y modificación corporal extrema a través del sitio web ‘The Eunuch Maker’. En ese portal, Gustavson ofrecía servicios de amputación a personas con parafilias relacionadas con la pérdida de extremidades, transmitiendo los procedimientos por internet.

Hopper mantuvo más de 1.500 mensajes con Gustavson, en los que compartía su deseo de amputarse las piernas desde hacía 20 años. En uno de los chats, escribió: “Va a ser increíble ser doblemente amputado” y, tras el procedimiento, envió: “¡Se siente tan genial. Sin pies!”.

Hombre inspiró a un cirujano a cortarse sus propias piernas
Hombre inspiró a un cirujano a cortarse sus propias piernas.

Para lograr su objetivo, usó hielo seco como método de autoamputación, tras lo cual obtuvo más de USD 632.000 de aseguradoras, bajo el argumento de una emergencia médica. Además, buscó mantenerse activo mediáticamente e incluso expresó a allegados que debía aprovechar la situación “al máximo” para obtener beneficios.

Durante el juicio, Hopper admitió que le resultaba repugnante usar las mismas herramientas eléctricas que aplicaba en pacientes. Sin embargo, cumplió su cometido, impulsado por un fetiche y un plan de estafa.

El caso revela los oscuros rincones de las parafilias extremas y cómo pueden entrelazarse con fraudes millonarios. Hopper fue sentenciado a dos años y ocho meses de prisión, mientras que Gustavson cumple cadena perpetua. Una historia que desmantela el mito de superación y destapa una red que lucraba con el dolor físico como placer.

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