La joven Silvana Torres, de 19 años, fue presentada ante un juez de control de garantías en Manizales, Colombia, quien legalizó su captura por el crimen de su hija Antonella, de apenas dos años de edad. La menor falleció el pasado sábado 26 de julio, tras recibir una herida con arma cortopunzante en su vivienda, ubicada en el barrio San Sebastián.
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Torres fue trasladada a una clínica de salud mental, donde comenzará un proceso de rehabilitación, mientras avanzan las investigaciones judiciales por el asesinato de la menor. En su declaración, la joven habría admitido que fue ella quien causó la herida fatal: “Me enceguecí, me llené de rabia, fui a la cocina por un cuchillo, le hice daño a mi hija y me quería morir. Sé que me odian por lo que hice, por eso me quería morir”.

El crimen y las alertas previas
El día del crimen, vecinos reportaron al sistema de emergencias que una joven y una menor se encontraban gravemente heridas con un arma blanca. Según el Hospital Universitario de Caldas, Antonella ingresó en paro cardiorrespiratorio y fue atendida por un equipo médico multidisciplinario, sin embargo, pese a los esfuerzos, la niña falleció horas más tarde.
Silvana también presentaba lesiones y fue derivada primero al hospital Ospedale y luego internada en la clínica mental San Juan de Dios, donde permanece bajo custodia.
En redes sociales, la joven había compartido semanas antes publicaciones inquietantes, que hoy son parte del material investigativo. En TikTok se leía: “No sé en qué me estoy convirtiendo, pero esta mentalidad me encanta” o “Me odian, por eso me quieren ver mal”. Otro mensaje hacía referencia a su hija: “Solo vas a tener un recién nacido por 28 días... Los días parecen largos, pero los años cortos”.

Comunidad consternada
La noticia generó un profundo impacto en Manizales. Vecinos realizaron una velatón en honor a Antonella, mientras familiares exigieron justicia y pidieron un abordaje integral de la salud mental para evitar que tragedias similares se repitan.
La Fiscalía continúa recopilando pruebas psicológicas, testimoniales y digitales para sustentar la responsabilidad penal de Silvana Torres y definir su futuro legal.
