En pleno 2025, el mundo sigue bajo la sombra del armamento nuclear tras la escalada del conflicto entre Irán e Israel. Nueve países afirman tener armas nucleares o se presume que las poseen. Aunque el número se ha mantenido estable en los últimos años, algunos de estos Estados han ampliado significativamente su arsenal, alimentando tensiones geopolíticas.
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Los cinco países reconocidos oficialmente como poseedores de armas nucleares son Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido.
Todos ellos son firmantes del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), que busca evitar la expansión de armas atómicas. Este tratado obliga a los Estados sin armas nucleares a no desarrollarlas y a los que sí las tienen a avanzar en el desarme.
Sin embargo, India y Pakistán, que no han firmado el TNP, han incrementado sus reservas. India fue el primero en probar armas nucleares en 1974 y Pakistán lo hizo poco después en 1998.
Actualmente, se estima que India posee 180 ojivas y Pakistán unas 170, ambas cifras al alza respecto a 2018.
Israel, por su parte, nunca ha confirmado ni negado tener armas nucleares, pero se estima que cuenta con unas 90 ojivas. Mientras tanto, Corea del Norte, que se retiró del TNP en 2003, ha realizado múltiples pruebas desde 2006. En 2025 se calcula que tiene alrededor de 50 ojivas, una ligera disminución frente a años anteriores.
El caso de Irán sigue siendo un enigma. Aunque insiste en que su programa nuclear es pacífico, ha enriquecido uranio hasta el 60%, un nivel muy cercano al necesario para fabricar una bomba. No se le atribuye un arsenal activo, pero su potencial genera preocupación internacional.
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Según el último informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), estas son las estimaciones de ojivas militares al inicio de 2025:
- Rusia: 4.309
- Estados Unidos: 3.700
- China: 600
- Francia: 290
- Reino Unido: 225
- India: 180
- Pakistán: 170
- Israel: 90
- Corea del Norte: 50
El mapa nuclear global no ha cambiado en cantidad de actores, pero sí en volumen y tensiones. En un mundo con crecientes conflictos, el desarme sigue siendo una promesa pendiente.
