La tensión en Medio Oriente escala peligrosamente tras el ataque de Estados Unidos a Irán. Este domingo, el Parlamento de Irán propuso el cierre del estrecho de Ormuz, uno de los pasos marítimos más estratégicos del mundo, por donde circula cerca del 20 % del petróleo global.
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La medida, impulsada por el general y parlamentario Esmaeil Kowsari, debe ser aprobada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional para entrar en vigor.
El estrecho de Ormuz, ubicado entre Irán y Omán, ha sido históricamente un punto de fricción geopolítica. Su posible bloqueo tendría efectos inmediatos en el mercado energético mundial, afectando el precio del crudo y la seguridad del transporte marítimo en la región del Golfo Pérsico.
La declaración del Parlamento iraní llega tras una madrugada de bombardeos estadounidenses sobre tres instalaciones nucleares iraníes: Fordó, Natanz e Isfahán.
Es la primera acción directa de Washington en el actual conflicto entre Israel e Irán, desatado el pasado viernes 13 con ataques israelíes contra instalaciones militares persas.
Desde entonces, ambos países han sostenido un intercambio diario de misiles y drones. Solo en las últimas horas, Israel atacó instalaciones militares y civiles en Bushehr, Yazd e Isfahán, generando una nueva ola de destrucción.
En Irán, los bombardeos han dejado al menos 430 muertos y 3.500 heridos, la mayoría civiles. En Israel, se contabilizan 24 víctimas fatales.
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El Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, compuesto por el presidente Masud Pezeshkian, ministros, miembros de seguridad y representantes del líder supremo, será el ente encargado de decidir si se ejecuta el cierre del paso estratégico.
Esta medida podría marcar un punto de inflexión en la confrontación regional, con impactos globales en los precios del petróleo, la seguridad internacional y la estabilidad en Medio Oriente.
