El pasado 16 de junio de 2025, el Museo del Louvre anunció su cierre temporal, generando incertidumbre entre miles de turistas. La medida no se debió a un derrumbe físico, sino a un colapso operativo provocado por el sobrecupo de visitantes, la infraestructura deteriorada y la protesta del personal, que exige condiciones laborales dignas.
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Huelga interna por saturación y abandono
Los sindicatos del museo, entre ellos CGT-Culture y SUD-Culture, organizaron una huelga sorpresa para denunciar la presión excesiva sobre los trabajadores y el abandono institucional. Señalaron que el turismo masivo, el déficit de personal y los fallos técnicos como goteras, variaciones térmicas y cortes eléctricos ponen en riesgo la seguridad de las obras y del equipo humano.
Una crisis anunciada
Desde inicios de año, los responsables del museo venían advirtiendo sobre una saturación insostenible. La entrada principal y los espacios expositivos no dan abasto para los casi 8 millones de visitantes anuales, una cifra que se ha disparado tras la reapertura pospandemia. A esto se suma el estado de infraestructura envejecida que no ha recibido inversiones estructurales desde hace más de una década.
El plan de Macron y la presión sindical
El presidente Emmanuel Macron propuso en mayo un plan de renovación valorado entre 700 y 800 millones de euros, que incluye una nueva entrada y salas renovadas para exhibiciones como la de la Mona Lisa. Sin embargo, los empleados consideran que el cronograma hasta 2031 es demasiado lento y que se necesitan soluciones inmediatas
Afectaciones al turismo y sin fecha de reapertura
Miles de visitantes se encontraron con las puertas cerradas del museo y sin información clara. Las autoridades aún no definen una fecha oficial de reapertura. Se contempla la posibilidad de habilitar accesos parciales en los próximos días, pero la continuidad de la protesta podría extender el cierre.