Un escándalo de indignación pública ha estallado en Guadalajara, México, luego de que Naomi Sofía Figueroa Álvarez, funcionaria del Ayuntamiento, confesara en una transmisión en vivo haber participado en el sacrificio de un perro como parte de un ritual de santería.
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La revelación, que ha generado un clamor de sanciones y exigencia de justicia, se suma a la controversia por el vínculo familiar de la trabajadora con una exfuncionaria señalada por irregularidades.
Confesión explícita y detalles del cargo
Figueroa Álvarez, colaboradora especializada en el área de cuidado comunitario de Guadalajara, admitió sin tapujos: “Tuve que hacer un sacrificio muy grande… le cortaron a un perro. Era para que me quitaran a mis enemigos del camino. Todos van a caer”.
Esta declaración, que rápidamente se viralizó, desató una ola de repudio inmediato y la exigencia de acciones contra la funcionaria, quien fue contratada el 18 de marzo de 2025.
Indignación y exigencia de justicia animal
La polémica se amplifica al conocerse que Figueroa es hija de Susana Priscila Álvarez Hernández, exdirectora municipal con antecedentes de sanciones y señalamientos por desfalco.
El Código Penal del Estado de Jalisco castiga la muerte o lesiones graves a animales, y la Ley de Protección y Cuidado Animal prohíbe explícitamente el uso de animales en ritos que afecten su bienestar.