Una escena de terror estremeció la mañana del lunes 9 de junio al sector de Mucho Lote 1, en el norte de Guayaquil.
PUBLICIDAD
Una pareja joven, de 26 y 25 años, fue asesinada a sangre fría por sicarios cuando acababan de dejar a sus dos hijos en la escuela.
El ataque, ocurrido a las 07:10 frente a la Unidad Educativa César Andrade, desató caos entre padres de familia, alumnos y vecinos.
Los sicarios grabaron el ataque armado:
Los asesinos se movilizaban en una tricimoto. Apenas ubicaron a sus objetivos, abrieron fuego sin titubeos.
Los cuerpos de las víctimas quedaron tendidos sobre la vereda, sin posibilidad de auxilio. Fue una ejecución directa, rápida y pública. Otro sicario que estaba en la tricimoto grabó el momento que fue viralizado en las redes sociales.
La pareja tenía varios tatuajes que delatan que pertenecían al crimen organizado
Aunque los fallecidos no registraban antecedentes penales, el jefe del distrito policial Pascuales, René Cañar, reveló un detalle clave: ambos tenían tatuajes vinculados a Grupos Armados Organizados (GAO).
“Hay varias organizaciones reflejadas en sus cuerpos. Eso indica que habrían pertenecido a bandas que hoy se disputan el control del territorio”, afirmó el oficial.
PUBLICIDAD
En la pierna del hombre se puede ver un gran tatuaje de la Santa Muerte.

Estos tatuajes no son simples adornos; son marcas que delatan lealtades, jerarquías y códigos dentro del crimen organizado.
En barrios como Mucho Lote, donde las disputas entre estructuras delictivas como Los Choneros, Los Lobos o Águilas se han intensificado, pertenecer —o parecer que se pertenece— a una banda puede costar la vida.
La ejecución de esta pareja, marcada por sus tatuajes y rodeada de estudiantes, vuelve a dejar claro que las bandas no conocen límites. Y que, en Guayaquil, incluso dejar a los hijos en la escuela puede convertirse en una sentencia de muerte.