La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha designado a la variante NB.1.8.1 como “variante bajo monitoreo” (VUM), tras detectar un aumento en su circulación en países como Estados Unidos. Esta variante, derivada de la recombinación de la cepa XDV.1.5.1, se identificó por primera vez en enero de 2025 y ha ido ganando proporción en las últimas semanas.
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Según el último informe del organismo internacional, la NB.1.8.1 representa aproximadamente el 10.7% de las secuencias de SARS-CoV-2 reportadas globalmente en la semana epidemiológica 17 de 2025 (del 21 al 27 de abril). Aunque la mayoría de los casos se concentran en la región del Pacífico Occidental, su presencia está aumentando en otras zonas, incluyendo América y Europa.
La OMS ha señalado que la variante presenta algunas mutaciones que podrían facilitar su propagación, como la T478I, que mejora la evasión de ciertos anticuerpos. Sin embargo, hasta el momento, no hay evidencia de que NB.1.8.1 cause una enfermedad más grave que otras variantes en circulación.
El informe destaca que, a pesar de un aumento en los casos y hospitalizaciones en algunos países, la variante no parece asociada a un mayor riesgo de mortalidad o ingresos en unidades de cuidados intensivos. Además, los datos de neutralización indican que las vacunas actuales continúan siendo efectivas contra formas sintomáticas y graves de la enfermedad causadas por NB.1.8.1.
La OMS ha reiterado que los países deben reforzar los análisis de laboratorio y monitorear los casos de esta variante para detectar cualquier cambio en su comportamiento. Recomiendan especialmente la realización de pruebas de neutralización con sueros de personas vacunadas o previamente infectadas para evaluar la posible evasión de anticuerpos.