Pollos ahumados y salchichas contaminados con moho, listos para la venta, fueron algunos de los alarmantes hallazgos que llevaron a Arcsa a clausurar de inmediato una planta de embutidos en Cuenca. La intervención se originó por una denuncia ciudadana.
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Inspección revela condiciones insalubres
La inspección de Arcsa en la planta descubrió falta de limpieza y mantenimiento, maquinaria inadecuada y oxidación.
También se evidenció contaminación cruzada por el almacenamiento incorrecto de materias primas y productos terminados.

Ante la gravedad de las condiciones, Arcsa ordenó el cierre inmediato de la planta. La medida se mantendrá hasta que se realicen correcciones urgentes, cumpliendo con la Ley Orgánica de Salud que prohíbe la manipulación antihigiénica de alimentos.
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