Durante abril, un caso impactante generó conmoción en Quito: dos personas fueron arrojadas desde el puente de Guápulo al río Machángara. Inicialmente se manejó la versión de un posible secuestro relacionado con la venta de un vehículo.
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Según el testimonio de la única víctima que logró sobrevivir, ambos individuos fueron retenidos en una vivienda ubicada en el sector de La Florida Alta, después de intentar cobrar una deuda de 5.000 dólares por una transacción de compraventa vehicular.
No obstante, esta versión fue desmentida. El coronel Galo Muñoz, vocero de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), indicó que no se trató de un secuestro, sino de un ajuste de cuentas.
“Tras las primeras diligencias investigativas, se estableció que el crimen fue producto de un ajuste de cuentas entre miembros de una organización delictiva dedicada a la comercialización de vehículos de alta gama de dudosa procedencia. Esa fue la verdadera motivación”, señaló el oficial.
Además, el coronel reveló que tanto las víctimas como los agresores se conocían desde hace tiempo. Las dos personas lanzadas al río tenían antecedentes penales por robo registrados en 2018. La persona que falleció presentaba múltiples hematomas y una herida de bala.
“La Policía Nacional, en coordinación con la Fiscalía, mantiene una línea investigativa clara en este caso de violencia criminal en Quito, que según las autoridades, responde a conflictos entre grupos delictivos con nexos previos”, dijo Muñoz.