En un desgarrador caso de abuso infantil, Jennifer Lee Wilson, de 48 años, fue condenada por la muerte de su hijo adoptivo, Dakota Levi Stevens, de 10 años. El tribunal de Porter, en Indiana, dictó una sentencia de seis años de prisión tras reconocer que Wilson, en un intento de castigo, causó la muerte del niño al sentarse sobre él para evitar que huyera de la casa.
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La tragedia comenzó cuando Dakota, aparentemente temeroso de regresar a su hogar, huyó de la vivienda adoptiva y buscó refugio en la casa de unos vecinos cercanos. Durante su estancia allí, el niño solicitó ayuda y denunció que sus padres lo golpeaban. En un momento angustiante, Dakota pidió a los vecinos que lo adoptaran, temeroso por su bienestar.
Tras enterarse de la huida, Jennifer Lee Wilson fue en busca de su hijo. Al encontrarlo, lo obligó a regresar a casa, donde intentó inmovilizarlo para evitar que volviera a escapar. Wilson, con un peso de 154 kg, se sentó sobre el niño para retenerlo en el suelo, sin prever que esta acción sería fatal.
Dakota fue llevado al hospital de South Bend, donde los médicos no pudieron salvar su vida. La autopsia reveló que la causa de la muerte fue asfixia. El informe forense indicó que el niño sufrió daños graves en los órganos internos, con hemorragias hepáticas y pulmonares, derivadas de la presión ejercida por el peso de la mujer sobre su cuerpo.
En octubre de 2024, Jennifer Wilson se declaró culpable de homicidio imprudente, reconociendo que su acción fue responsable de la muerte de su hijo adoptivo. El tribunal dictó una pena de cinco años de prisión, más un año adicional de libertad condicional. La condena subraya la gravedad del abuso infantil y la fatalidad de un castigo extremo que acabó con la vida de un niño.
