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Industria ecuatoriana ante la crisis energética: ¿qué proponen los empresarios para evitar colapsos?

El sector productivo demanda medidas más equitativas ante la crisis eléctrica.

Cortes de luz en Guayaquil
GYE-CORTES DE ENERGIA (César Muñoz/API)

El Gobierno Nacional ha implementado una medida de racionamiento energético en Ecuador, con el fin de enfrentar la grave crisis eléctrica que atraviesa el país. Desde el 5 de octubre de 2024, el Operador Nacional de Electricidad (Cenace) dispuso un recorte de hasta el 100% en el suministro de energía para el sector industrial, durante 10 horas diarias (08:00 a 18:00) por un periodo de al menos 15 días. De acuerdo a las autoridades, esta decisión busca recuperar las reservas energéticas de la Central Hidroeléctrica Mazar, actualmente en niveles críticos debido a la sequía prolongada y la falta de capacidad de generación.

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Este racionamiento ha generado una fuerte reacción por parte del sector productivo. La Cámara de Industrias y Producción (CIP) y la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) han manifestado su rechazo, argumentando que la medida tiene un impacto devastador en la producción, el empleo y la economía nacional. María Paz Jervis, presidenta de la CIP, calificó la decisión como “atentatoria contra el empleo”, mientras que la CCQ solicitó la creación de mesas técnicas para encontrar alternativas menos drásticas.

El Dr. Diego Paredes, presidente de EcuadorIndustrial, organización que agremia a más de 12 gremios industriales del país, expresó en una entrevista con Metro Ecuador que el sector productivo recibió con sorpresa el reciente anuncio del Gobierno sobre el racionamiento de energía. Según explicó Paredes, la semana anterior el Ejecutivo había dado dos importantes anuncios para el sector: la eliminación de aranceles y del IVA para la importación de generadores termoeléctricos, lo cual fue bien recibido, ya que permitiría a las industrias equiparse para futuras crisis.

“Decíamos que, en tres, cuatro o cinco meses, el sector industrial podría prepararse mejor”, afirmó Paredes. Sin embargo, el mismo día en que se produjo el anuncio, las fábricas ubicadas en los parques industriales de Ambato y Cuenca sufrieron cortes de energía, generando una fuerte preocupación en el gremio.

¿Qué consecuencias tiene una desconexión industrial?

Las consecuencias de una desconexión industrial son significativas y afectan tanto la producción como la estabilidad laboral y económica de las empresas. Al interrumpir la energía eléctrica en fábricas y plantas de producción, se generan problemas operativos que varían dependiendo del tamaño de la industria:

  1. Grandes industrias: De acuerdo a Paredes, estas suelen operar en tres turnos diarios. Ante cortes de energía, las empresas intentan mitigar el impacto enviando a parte del personal de vacaciones forzadas. Sin embargo, esta solución es temporal. Después de 15 días, cuando se terminen las vacaciones, las empresas podrían verse forzadas a reducir personal, ya que no pueden mantener a todos los empleados si la producción continúa limitada. Esto, a su vez, aumenta los costos de producción, lo que se verá reflejado en el precio final de los productos.
  2. Industria mediana y pequeña: Las empresas medianas y pequeñas, que generalmente no cuentan con la misma capacidad para absorber el impacto económico de los cortes, sufren consecuencias más graves. La falta de energía puede paralizar completamente sus operaciones. Las pequeñas empresas, en particular, tienen menos margen financiero para sobrevivir a la falta de ingresos durante los cortes.
  3. Desigualdad en la afectación: Un tema clave de descontento es la percepción de discriminación en la aplicación de los cortes. Como señala Diego Paredes, solo entre el 50% y 55% de las industrias del país están ubicadas en parques industriales, y son precisamente estas las que se ven afectadas por el racionamiento. Mientras tanto, las industrias fuera de estos parques no sufren las mismas interrupciones, lo que genera un trato desigual.

En resumen, la desconexión industrial afecta la productividad, incrementa los costos operativos, reduce la estabilidad laboral y genera un desequilibrio en la competencia entre las industrias dentro y fuera de los parques industriales.

¿Qué propuestas hay?

El sector industrial busca un diálogo abierto con el Gobierno para planificar mejor la crisis. Algunas de las propuestas más destacadas incluyen:

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  • Diálogo y planificación: Se solicita que el Gobierno establezca mesas de trabajo permanentes, donde los gremios industriales puedan colaborar en la planificación de los racionamientos. Esto permitiría diseñar soluciones más equitativas y menos abruptas, evitando decisiones unilaterales que afectan de forma desigual a las industrias.
  • Cronogramas de racionamiento: Paredes también indica, en lugar de cortar completamente el suministro eléctrico durante largas horas, se establezcan cronogramas de racionamiento controlado. Esto les permitiría operar a menor capacidad, utilizando la mitad de la energía para mantener las máquinas en funcionamiento sin apagar por completo las líneas de producción. Detener las máquinas, lo que retrasan las operaciones.
  • Generación de energía complementaria: Si bien algunas industrias cuentan con generadores termoeléctricos como respaldo, la falta de diesel en el mercado complica su uso.

Estas soluciones buscan reducir el impacto en el empleo y la economía, permitiendo que las industrias continúen operando parcialmente y evitando apagones totales que podrían tener efectos devastadores en la producción.

“Lo que buscamos es un diálogo para poder planificar. Las decisiones unilaterales ahora llevan a que esto se convierta en un gran problema. Son cuestiones que hubiera sido muy importante debatirlas con el Gobierno, pero no se lo hizo. Entonces, ahora nosotros esperamos que se haga la comisión permanente de emergencia y se puede llegar a soluciones para el impacto menor a quien, al consumidor y a la fuerza laboral. Porque no podemos nosotros estar jugando con el empleo”, mencionó Paredes.

¿Cuántas empresas tienen sus propias plantas?

Un 80% de las grandes industrias, aproximadamente, tienen estas plantas para emergencia. De las empresas medianas, cae dramáticamente la cifra, será que tienen el 30%. Mientras que los emprendimientos, el 1 o 2%.

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