Little Saint James , rebautizada como la “isla de la pedofilia”, fue comprada por el magnate Jeffrey Epstein por un valor exhorbitante. El lugar es un punto diminuto en la inmensidad del océano Atlántico, apenas tiene 0.32 kilómetros cuadrados de superficie, ubicada a 150 kilómetros de Puerto Rico.
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Es un paraíso natural, un territorio de otro mundo, pero se transformó en un lugar infernal porque hasta allí desplegó Jeffrey Epstein su red de prostitución infantil. En pocos años, el depredador sexual removió la maleza y las reemplazó por 40 palmeras.
En meses, el valor del inmueble se disparó. La escena de la isla había cambiado: ahora había una mansión enorme, rodeada de piletas, muelles, casas de playa y cabañas para huéspedes. También había helicópteros y yates lujosos.
Una edificación misteriosa
El edificio principal de la isla fue diseñado y construido por Edward Tuttle, un reconocido arquitecto. Aunque una estructura dentro de la isla sigue despertando sospechas: un pequeño templo que habría sido levantado entre 2009 y 2013.
Según algunas imágenes que se fueron difundieron a lo largo de este tiempo, este extraño edificio tiene la apariencia de un templo religioso. Epstein era judío, por lo que algunos aventuraron que decidió construir su propia sinagoga en su isla, aunque esto no fue confirmado.
Darto perturbante
El ingeniero James Booth señaló a Insider que existe un dato inquietante. El edificio tiene el estilo de lo que podría ser un castillo, con lo que parecer ser una barra para bloquear la puerta principal.
“Lo que lo hace peculiar es que si uno quisiera mantener a las personas fuera, la barra se colocaría dentro del edificio, pero en este caso la barra parece estar ubicada en el exterior, como si tuviera la intención de encerrarlas”, agregó.