En el Ecuador hay oficialmente registradas como personas con discapacidad 471.205 ciudadanos, de los cuales la mayoría es del sexo masculino, están entre las edades de 36 y 64 años, y viven en la provincia del Guayas, según estadísticas levantadas por el Consejo Nacional para la Igualdad de Discapacidades (Conadis).
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Cada 3 de diciembre se recuerda el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, declarado en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU). Con ello, se busca promover sus derechos y bienestar en todos los ámbitos de la sociedad y el desarrollo.
La psicóloga Carla Acosta explica que se considera persona con discapacidad a aquella que tiene deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo, condiciones que podrían obstaculizar su participación plena y efectiva en la sociedad.
Dificultad para acceder a los servicios
Entre las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad figuran los espacios de salud inaccesibles, las barreras de comunicación y la falta de formación de los profesionales. Así lo comentaron profesionales que trabajan en áreas relacionadas a brindar servicios a las personas con discapacidad.
Para empezar, como país, Ecuador cuenta con la Ley Orgánica de la Discapacidades. Desde ahí parte el Ministerio de Salud Pública (MSP) para garantizar la atención integral a este grupo poblacional. En teoría, con el carné de discapacidad emitido por el Conadis se obtienen algunos beneficios.
Al respecto, el doctor Carlos Parrales, neurólogo, explica que es importante que la persona con discapacidad cuente con este certificado para recibir algún tipo de atención en los centros públicos.
“Yo creería que Ecuador sí ha avanzado en el tema de atención a las personas con discapacidad, pero la cantidad de trámites que ellos o las familias deben hacer para obtener algún beneficio es lo que hace que se abandonen los procesos. Por eso es difícil que desde el sector público se pueda dar una cobertura completa”, señala.
Ciudades poco amigables
Otro tema que se suma es la falta de espacios. Y es que pese a que el 45,66% del total de las personas con discapacidad en Ecuador tiene algún impedimento físico, se enfrentan a ciudades “poco amigables”.
Así lo han considerado expertos como Daniel Orellana, cofundador de LlactaLAB Ciudades Sustentables. A través de diferentes plataformas, él ha publicado que aunque en Ecuador existe la norma INEN 2241 desde 1999, que incluye lineamientos de diseño de aceras, prácticamente eso no se cumple.
Un estudio del grupo de investigación LlactaLAB de 2020 en el que fueron auditadas 214 aceras de una ciudad del Ecuador reveló que ninguna cumplía la norma INEN 2241. Además, ocho de cada 10 aceras eran altamente inaccesibles para las personas que se movilizaban en silla de ruedas.
Según los profesionales, tanto desde lo público como de lo privado “algo” se ha trabajado para que el Ecuador sea más accesible para las personas discapacitadas; sin embargo, se requiere mucho más trabajo para que exista una verdadera inclusión.
En conclusión, un desarrollo sostenible para las personas con discapacidad exige centrarse de forma muy específica en sus necesidades y derechos, no solo como beneficiarios, sino como contribuyentes activos en la vida social, económica y política.