La Reserva Marina de Galápagos es un espacio donde la vida prolifera en cada espacio, además ha demostrado que en sus “profundidades” guarda enormes tesoros. Científicos descubrieron extensos y antiguos arrecifes de coral, son los primeros de este tipo documentado desde su creación en 1998.
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El primer arrecife está situado entre 400 y 600 metros de profundidad de un monte submarino no cartografiado. La espectacular estructura se extiende por varios kilómetros sobre la cima de un volcán sumergido.
¿Cómo realizaron el descubrimiento?
El importante hallazgo se dio por parte de la doctora Michelle Taylor y el doctor Stuart Banks. Ambos expertos buceaban en el sumergible de investigación cuando se toparon con este tesoro.
Taylor como Banks forman parte del grupo internacional de científicos a bordo del buque de investigación R/V Atlantis, propiedad de la Armada de Estados Unidos. La expedición como tal está dirigida por científicos de múltiples institutos y universidades.
“Son noticias alentadoras. Esto reafirma nuestra convicción de establecer nuevas áreas marinas protegidas en el Ecuador y seguir impulsando la creación de una regional en el Pacífico Este Tropical. La riqueza aún inexplorada de las profundidades del océano es un motivo más para esforzarnos en alcanzar los compromisos de la Alianza Global para el Océano - 30x30, cuyo objetivo es que al menos el 30% de los océanos del mundo se declaren Áreas Marinas Protegidas (AMPs), hasta el año 2030, permitiendo actividades económicas sostenibles alineadas con la conservación”, dijo José Antonio Dávalos, Ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.
¿Qué demuestra el nuevo descubrimiento?
El hallazgo deja claro que es probable que las comunidades coralinas de aguas profundas protegidas han persistido durante siglos en las profundidades de la RMG, sustentando comunidades marinas ricas, diversas y potencialmente únicas.
“Esto nos ayuda a hacer una reconstrucción del clima de los océanos para hoy en día compararlo con la velocidad de cambio climático” en los mismos, indica Banks, para quien el hallazgo es uno de los momentos más reveladores en sus 23 años en Galápagos.
