La Penitenciaría del Litoral, la semana pasada, se convirtió en una zona de guerra entre fuerzas del orden y delincuentes. Con uso de armas de alto calibre, de ambas partes, se enfrentaron por horas en el interior del Centro de Rehabilitación; después de una intensa jornada (jueves 03 de noviembre) se logró controlar el pabellón 2.
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Precisamente, un punto de este centro carcelario fue usado por los reos como punto de resistencia contra policías y militares. Respecto a este espacio, el presidente Guillermo Lasso anunció que este martes fue destruido.
“Derrocamos el pabellón consular en la Penitenciaria, utilizado para atacar a personal uniformado que ingresaba a realizar operativos. Eliminaremos cualquier infraestructura que hayan utilizado las bandas delincuenciales para resistir al orden de nuestra fuerza pública”, escribió el primer mandatario.
Debido a este reciente accionar, usuarios instaron al presidente a cumplir con protocolos que acaben con mafias que repartan armas, drogas y espacios dentro de los centros carcelarios. Por otro lado, cuestionaron que ante algún inconveniente de índole social el Gobierno se incline por destruir un edificio tal y como pasó con el caso María Bernal; el Castillo de Grayskull se mantiene intacto por labores de investigación.
Lasso ratificó su mano dura contra la narco-delincuencia
El presidente ecuatoriano, el conservador Guillermo Lasso, decretó la noche del pasado martes el estado de excepción en las provincias costeras de Guayas (en el suroeste y cuya capital es Guayaquil) y Esmeraldas (en el noroeste y fronteriza con Colombia).
También este viernes extendió la medida excepcional a Santo Domingo de los Tsáchilas, donde también se registraron atentados y disturbios.
Lasso no dudó al afirmar que la situación es una respuesta terrorista del crimen organizado a su lucha contra el narcotráfico, sobre todo por las más de 180 toneladas de droga incautadas en lo que va del año.
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Ecuador, que no es considerado productor de droga, limita con dos grandes productores como Perú y Colombia, por lo que según expertos en la materia, se ha convertido en una especie de bodega de acopio para el narcotráfico hacia los grandes mercados de consumo como Estados Unidos y Europa.
El mandatario, además, ligó esa represalia de los grupos violentos a la acción supuestamente “oportunista” de ciertos políticos de la oposición que critican su gestión, aunque no presentó mayores pruebas de su sospecha.