Un asesino sin piedad es lo que definiría a Billy Chemirmir. El hombre de 49 años es juzgado por matar a 22 ancianas para después robarle sus joyas y venderlas; fue condenado por uno de estos casos en 2022 y pesa una cadena perpetua en su contra.
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Su modus operandi consistía en hacerse pasar por un trabajador de atención médica o de mantenimiento. De esta manera accedía a las viviendas de las adultas mayores para asfixiarlas con una almohada y robarle.
La policía en varias comunidades del norte de Texas está investigando a Chemirmir en busca de víctimas adicionales, creyendo que varias muertes naturales reportadas previamente pueden estar relacionadas con él.
Su arresto se dio en 2018 cuando fue acusado de asfixiar a una mujer de 81 años. Además se le sumaron 11 cargos de asesinato capital. Chemirmir tiene condenas por conducir bajo los efectos del alcohol, y por agredir a su novia en 2016.
Cuando lo arrestaron por el delito de asesinato, la Policía encontró joyas y dinero en efectivo en su poder. A la par, el asesino lanzó una caja que contenía los documentos de la vivienda de una de sus víctimas.
Billy solía llevar a sus víctimas a acostarse, usaba guantes para no dejar rastros de sus huellas dactilares. No había ruidos, golpes, ni gritos, y tras el asesinato tenía tiempo para buscar con cuidado, sin desordenar, las joyas guardadas en la casa.
A pesar de las acusaciones y de revelarse su proceder, Chemirmir ha tachado ser inocente. Él confesó ganarse la vida comprando y vendiendo joyas, y que también se desempeñó como cuidador y guardia de seguridad.