26 años de prisión deberá cumplir Luis Patricio C. por el delito de secuestro extorsivo con resultado de muerte. El atacante, el 23 de julio de 2021, secuestró a Diana y pasadas las 13:00 se contactó con su esposo para pedir un rescate de 3 mil dólares.
PUBLICIDAD
“Ya hablaste con ella, ahorita ya sabes lo que queremos, ya te mando una foto de tu mujer”, le comentó el victimario al cónyuge de la joven universitaria de 27 años. Acto seguido, colgó y envió una fotografía de Diana sentada en un baño, amarrada de pies y manos.
Tanto la conversación como la fotografía fueron los últimos registros de vida que recibió la familia. Luis Patricio desactivó el teléfono de la víctima y entre el 23 y el 27 de julio realizó cinco llamadas extorsivas desde cabinas telefónicas ubicadas en el norte y sur de la ciudad.
Retomó el contacto telefónico el 9 de agosto para preguntar si ya contaban con el dinero del rescate. Ese día –les dijo–, la liberación “podría ser en Alóag después de que paguen”.
Casi dos meses después del secuestro, un agente policial investigador recibió una alerta de activación del celular de la víctima lo que permitió ejecutar dos allanamientos y una detención en el sector de la Argelia.
En la vivienda de Luis Patricio se encontró la vestimenta que coincidía con la del hombre que entró a las cabinas telefónicas desde donde se hicieron las llamadas extorsivas. Esto, según los testimonios de los peritos que practicaron las pericias de audio y video, y de identidad humana a los videos de seguridad solicitados a estos locales durante la investigación.
En el caso de Diana, ella fue asfixiada y posteriormente su cuerpo fue tirado al costado de un paso peatonal en el sector donde la mantenía secuestrada, sur de Quito.
PUBLICIDAD
Más de treinta y cinco elementos recolectados durante la investigación demostraron que el procesado es autor directo de secuestro extorsivo con resultado de muerte.
En el caso del atacante, este era vecino del barrio donde residían los padres de Diana. El día de la detención, el procesado llevaba consigo el teléfono celular de Diana. También le dijo al agente policial “ya está muerta, ya la maté” y lo dirigió al lugar donde botó el cadáver.
