Manifestantes irrumpieron en la residencia privada del primer ministro de Sri Lanka y la incendiaron, horas después de que él dijo que renunciaría una vez formado el nuevo gobierno.
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En la jornada de grandes marchas de protesta, los manifestantes también irrumpieron en la residencia y la oficina del presidente.
La oficina del primer ministro Ranil Wickremesinghe dijo que los manifestantes forzaron la entrada a su residencia el sábado por la noche. En principio no estaba claro si se encontraba en el lugar en el momento del ataque.
Crisis económica
La economía de Sri Lanka ha colapsado y trata de persistir con ayuda de India y otros países, mientras sus líderes intentan negociar un rescate del Fondo Monetario Internacional. El desastre económico ha provocado grave escasez de artículos esenciales y la gente tiene problemas para conseguir comida, combustible y otros productos básicos.
La crisis ha provocado protestas durante meses, que prácticamente han desmantelado la dinastía política Rajapaksa, que ha gobernado Sri Lanka durante la mayoría de las dos últimas décadas.
El hermano mayor del presidente renunció en mayo a su cargo de primer ministro tras protestas violentas que le hicieron buscar refugio en una base naval. Buena parte de la indignación pública se ha centrado en la familia Rajapaksa, a la que los inconformes acusan de llevar a Sri Lanka al caos con una mala gestión y supuesta corrupción.
En la oficina del presidente, el personal de seguridad intentó detener a la gente que sobrepasó las cercas y allanó el inmueble de la era colonial.
Al menos 34 personas, incluidos dos policías, resultaron heridas en escaramuzas cuando los manifestantes intentaban entrar en la residencia. Dos de los heridos estaban graves, mientras que los demás sufrieron lesiones leves, según un trabajador en el Hospital Nacional de Colombo que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios.