Un día más los ecuatorianos salen a las calles para pedir paz y rechazar la violencia que se han generado en estos once días de manifestaciones. En varias ciudades de Ecuador como Quito, Guayaquil, y Cuenca se han unidos en marchas pacíficas.
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Vestidos de blanco con sus familias y en caravanas, ciudadanos también quieren que su grito de paz sea escuchado. En la capital, en sectores como la Shyris, Valle de los Chillos, Tumbaco y en el sur de Quito los vecinos ya han salido a las calles.
La noche del 22 de junio en Quito se escuchó un sonoro cacerolazo para reclamar el inicio de un diálogo que ponga fin a las protestas contra el Gobierno del presidente Guillermo Lasso.
El ruido metálico de las ollas golpeadas desde numerosas casas puso fin a la décima jornada de la movilización convocada desde el 13 de junio por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), junto a otras organizaciones que han concentrado las manifestaciones en Quito.
La convocatoria al diálogo ya fue aceptada por el conservador presidente Lasso, que desde un inicio se manifestó abierto a negociar, pero de momento aún no ha sido respondida por el líder de la Conaie, Leonidas Iza.
El líder indígena es reacio a sentarse de nuevo a conversar con el gobernante, pues dice sentir que no dieron frutos las distintas ocasiones en las que dialogaron durante el primer año del mandato presidencial.
El ministro de Gobierno de Ecuador, Francisco Jiménez, anunció este jueves que se permitió el ingreso de los manifestantes al ágora de la Casa de la Cultura Ecuatoriana.
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El ingreso de los manifestantes a este lugar para instaurar una “asamblea popular” era una de las condiciones puestas por el presidente de la Conaie Leonidas Iza, principal promotor de las protestas, para aceptar acudir a un diálogo con el Gobierno, junto a derogar el estado de excepción y garantizar que se abordarán todas sus demandas.
Esta tarde se dieron marchas a la Asamblea Nacional que terminaron en enfrentamientos.