Durante el domingo 19 de junio se dio una operación policial en las instalaciones de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) tras recibir una denuncia anónima relacionada con la movilización indígena. Pese a que no se encontró ningún artefacto explosivo, los uniformados en horas de la noche se tomaron la entidad.
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El presidente de la CCE, Fernando Cerón, precisó que la noche de este domingo ha “muerto la alegría” y que este espacio cayó en manos del terror policial. Por su parte el espacio tachó que han pasado 46 años desde que las dictaduras militares han aprovechado para “violar” su autonomía.
“Si bien el Estado de Excepción permite que la Policía haga requisición de bienes institucionales, este debe ejecutarse de manera controlada por las instituciones del Estado, no puede ser desproporcionado, ni violentar otro tipos de derechos fundamentales”, se lee en una misiva.
Por su parte, el ministro del Interior Patricio Carrillo justificó las razones de la toma. Para la autoridad el resguardo de las instalaciones se debe a motivos de seguridad y protección de patrimonio cultural. “Al ser una institución pública, es imperioso brindar seguridad a sus instalaciones”, escribió.
“Esto, en el marco del estado de excepción decretado, y que conforme el artículo 165, numeral 5 de la Constitución, y 3 del Decreto Ejecutivo 455, se ha declarado zona de seguridad al Distrito Metropolitano de Quito”, añadió el representante de esta cartera de estado.
Asimismo Cerón indicó que se ha intentado ingresar una acción constitucional en defensa de la institución (CCE). “Nos acaban de comunicar que no la van a recibir porque no existe sistema, esto se llama dictadura”, escribió vía Twitter.
En videos colgados en redes sociales se ve cómo los uniformados ingresaron a la Casa de la Cultura. Por su parte, los presentes (gestores culturales y ciudadanos) gritaban que están “violando una institución” y que el espacio “no es un cuartel”.
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Aunque no se reportaron enfrentamiento, los ciudadanos optaron por danzar en las inmediaciones del lugar a manera de protesta.
La sede de la CCE en Quito fue el albergue para cientos de indígenas que en octubre de 2019 protagonizaron una dura paralización contra la gestión económica del entonces presidente Lenín Moreno, sobre todo contra un decreto que aumentaba permanentemente el precio de las gasolinas, que es también una de las quejas actuales.
