La Plaza de Santo Domingo, una vez más, fue el punto donde los manifestantes (en su mayoría estudiantes) se enfrentaron contra miembros de la Policía Nacional. Por quinto día consecutivo las piedras y bombas lacrimógenas, además de altercados en ambas partes, ganaron protagonismo.
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Con cada jornada de paro los ánimos se elevan y son más los casos de abuso de autoridad, heridos y detenidos por daños a la propiedad pública y privada. En un reciente video publicado en Twitter se observa que ni el signo de paz (bandera blanca) por parte de un paramédico frenó la riña.
El portal GK publicó un trino donde el gas lacrimógeno inundó la calle y la Policía insiste en dispararlo contra los manifestantes que corren en busca de refugio.
“Un grupo de manifestantes lanzó piedras a los policías, quienes respondieron lanzando al menos 15 bombas lacrimógenas. Paramédicos ondean banderas blancas para impedir los enfrentamientos”, escribieron.
Nuevo nivel de protestas
El líder indígena Leonidas Iza, principal promotor de las protestas contra el Gobierno de Ecuador, advirtió que la movilización podría pasar a “otro nivel” si el Ejecutivo del presidente Guillermo Lasso no da respuestas a las diez demandas para superar la situación de angustia económica que agobia al país.
“Si el Gobierno nacional no genera condiciones para estas respuestas, sí sentimos que (la protesta) podría estar pasando a otro nivel”, remarcó en una entrevista con Efe el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y miembro del grupo de gobernanza de la Iniciativa Cuencas Sagradas del Amazonas.
Iza replicó al presidente Lasso, quien en la noche del jueves dijo que no veía una justificación valedera para la protesta indígena y comparó la situación actual con la de octubre de 2019, cuando se produjo otra movilización similar que exigía la derogación de un decreto que eliminaba los subsidios a las gasolinas.
Según el dirigente indígena, en el Gobierno del conservador Lasso, que lleva algo más de un año en el poder, subsisten esos “detonantes” que afectan de forma “neurálgica” a la población.