La noche de este domingo y madrugada del lunes se dio un hecho sin igual: un eclipse total de Luna. El fenómeno astronómico que supone, además de un deleite para los aficionados, una oportunidad para que la ciencia profundice en el conocimiento del satélite y trate de comprender mejor los complejos eventos que tuvieron lugar durante la formación del Sistema Solar.
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Porque aunque es el único astro al que ha llegado una misión tripulada, la Luna esconde todavía muchos secretos, y entre ellos por qué son tan diferentes la cara visible y la cara oculta; incógnitas y desafíos que han reactivado el interés de varias agencias espaciales por regresar al satélite y por escudriñar misterios sobre su formación y su historia.
El eclipse fue visible desde gran parte del mundo (en la mayor parte de Europa, África y América). Lastimosamente, en varias partes del país, debido a las condiciones climáticas, los habitantes no lograron divisar este hecho particular.
Diferencia con un eclipse solar
A diferencia de los solares, que pueden ser vistos solo desde una parte relativamente pequeña de la Tierra y que duran unos pocos minutos, un eclipse lunar puede se puede ver desde cualquier parte de la Tierra en la que sea de noche y se prolonga durante varias horas, según la información facilitada por el Observatorio español.
El astrónomo del OAN Mario Tafalla ha subrayado el interés de los eclipses para los aficionados, pero también el papel que históricamente han desempañado para determinar parámetros fundamentales para la ciencia, como el diámetro de la Luna o la distancia exacta a la que se encuentra.
En declaraciones a EFE, Tafalla ha observado que aún en la actualidad es posible realizar medidas únicas durante un eclipse total de Luna y ha precisado que precisamente el color rojizo que adquiere durante la fase de totalidad permite medir propiedades de la atmósfera de la Tierra, o que el menor brillo de la Luna -a pesar de estar en fase llena- facilita las medidas que se realizan rebotando un rayo láser en la superficie de la Luna y medir el tiempo que tarda la luz en regresar a la Tierra.
Los eclipses, y sobre todo los totales, son una oportunidad para escudriñar algunos de esos secretos; una oportunidad que volverá a repetirse en algunas regiones del mundo el próximo 8 de noviembre, aunque en España no se producirá un evento astronómico similar hasta el 14 de mayo de 2025.