A un guía penitenciario podría pertenecer el coche bomba que explotó la madrugada de ayer frente a la cárcel Regional de Guayaquil. Las cargas explosivas fueron colocadas en el vehículo que ya estaba parqueado en el sitio. Fueron los nuevos detalles que ofreció hoy el gobernador de Guayas, Pablo Arosemena.
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En declaración a los medios, Arosemena calificó este hecho que ha generado zozobra como una “forma de amedrentamiento (...) lo que buscan estas bandas narcoterroristas es generar desestabilización social y tratar de decir La Roca es insegura, no manden gente allí. Nosotros no vamos a caer en esa trampa y el Estado de derecho no debe caer en esa trampa”.
Agregó que “le tienen pavor a La Roca” por ser una cárcel de máxima seguridad y que por ello “pretenden hacer notar que hay un deterioro en la seguridad cuando no lo hay”.
Arosemena efectuó las declaraciones luego de la destrucción de más de 2.100 armas de fuego y 1.000 accesorios en los hornos de la empresa Acerías Nacionales de Ecuador (Andec), situada al sur de Guayaquil.
En esa línea, el Gobernador aseguró que las armas no se producen en el país, y que ingresan por alguna vía. Por ello manifestó la necesidad de controlar con urgencia las fronteras y carreteras para que no ingrese armamento ilegal.
Como ya se ha dicho en ocasiones anteriores, los militares saldrán “desde este momento” a las calles, según reiteró Arosemena. Ha sido el mismo Gobierno dispuso que las Fuerzas Armadas se sumen a los controles con la Policía Nacional.
Coche bomba
Testigos dijeron que dos sujetos abandonaron durante la madrugada el vehículo, que luego explotó, y huyeron en dos motocicletas en las que los esperaban dos cómplices.
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El vehículo quedó completamente destruido por la deflagración, que dejó varias partes del mismo esparcidas por los alrededores.
La explosión, ocurrida en la madrugada, no dejó víctimas, pero sí provocó daños en un restaurante aledaño. A la cárcel conocida como La Roca fueron trasladados a principios de mes los líderes de bandas que provocaron enfrentamientos el pasado 3 de abril en la cárcel de Turi, en los que murieron veinte reos.