Un video difundido en Twitter permitió conocer cómo una mujer hace uso de la “viveza criolla” para fingir tener una discapacidad y así pedir dinero en las calles de Portoviejo, Manabí.

Un supuesto conductor se tomó el tiempo para grabar el accionar de la fémina. Ella, en primera instancia, procede a retirarse su short para posteriormente colocarse una prenda más ancha que le permite simular la falta de su pierna derecha.

De igual manera esconde sus prendas y se pone un gorro de lana. Ya con el disfraz puesto, opta por tomar un instrumento musical y colocar un cartel y pedir limosna.

¿Es verdad?

Usuarios en redes sociales han apuntado que este tipo de acto deja ver la realidad que atraviesan ciudades del país. Indicaron que este no sería un caso aislado, sino que muchas personas optan por fingir un problema físico para pedir limosna.

Sin embargo, también se acotó que esto se trataría más que una broma y así poder llegar a la viralidad. Culparon a los llamados influencers por instar a este tipo de contenidos.

Fuera de este caso que ha causado diversas posturas en redes sociales, el tema de la mendicidad en el país es un problema que no hace más que crecer.

El MIES aclaró que en 2020 en Quito se registraron 6.291 personas inmersas en esta problemática, de las cuales 1.682 personas han facilitado sus datos.

Mientras que la Estrategia Nacional para la Prevención, Atención y Protección a Personas en Situación de Mendicidad, Trabajo Infantil y Habitantes de Calle registró, en 2020, que unas 15 mil personas atraviesan esa situación.

Cada vez, sea en la capital como en otras urbes del país, ciudadanos optan por métodos más conmovedores para alcanzar dinero de los transeúntes. Entre los puntos con más mendicidad en Quito están San Francisco, la calle Chile, la Marín, San Roque, el Tejar y la Basílica.