Alrededor de 100.000 personas se encuentran expuestas en Quito ante eventuales aluviones como el que en febrero pasado acabó con la vida de 28 personas en el barrio de La Gasca. De ellas unas 20.000 de manera directa al encontrarse sus viviendas dentro del cauce de barrancos y quebradas.
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Así lo indicaron este viernes la secretaria de Seguridad del Municipio de Quito, Daniela Balarezo, y el asesor Hugo Yépez durante una reunión del alcalde quiteño, Santiago Guarderas, con integrantes de la prensa extranjera.
Balarezo señaló que las zonas más amenazadas se encuentran en la cuenca del río Monjas y en Caupicho, una zona del sur de la capital ecuatoriana que forma parte del río Machángara, donde las invasiones y construcciones irregulares se encuentran encima o incluso dentro del cauce.
En ese sentido, el alcalde Guarderas lamentó que durante años no haya habido en Quito una política para generar vivienda popular que permitiese a la ciudad tener un crecimiento ordenado, para evitar que las invasiones sobre las laderas ocupen zonas de riesgo.
La máxima autoridad municipal señaló que desde su institución se han emprendido medidas de corto, medio y largo plazo para evitar, en la medida de lo posible, que vuelvan a producirse tragedias como la de La Gasca.
Así, lo primero para el alcalde es hacer labores de limpieza de laderas y, en último lugar, la instalación de un sistema de alerta temprana con la ayuda de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA), que se espera que esté listo en unos cuatro años.
Asimismo, Guarderas anticipó que el Municipio de Quito recibirá un préstamo no reembolsable del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) para que la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps) de la capital ecuatoriana realice trabajos en las quebradas susceptibles de aluviones.
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“Es un apoyo importante”, dijo Guarderas, que prefirió no detallar la cantidad del préstamo, ya que se encuentra en las últimas fases de aprobación por parte del organismo multilateral.
Producto de las intensas lluvias caídas en este año, Quito fue escenario de un trágico evento a fines de febrero, cuando el barrio de La Gasca se vio sorprendido por un aluvión de lodo y rocas que se precipitó por las laderas del Ruco Pichincha para llevarse todo lo que encontraba a su paso, como vehículos, casas y personas.