Tonga sufre “daños significativos” tras el tsunami provocado la víspera por una erupción volcánica, indicó este domingo la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, aunque todavía no hay informaciones sobre víctimas.
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Las conexiones de comunicación con Tonga, un archipiélago de más de 170 islas y unos 105.000 habitantes asentado en el Pacífico Sur, son limitadas debido a que el tsunami dañó los cables de comunicación submarinos y causó cortes de luz, apuntó la mandataria neozelandesa, que ha recabado información de funcionarios de su país en Tonga.
Los portales oficiales y perfiles en las redes sociales de los departamentos gubernamentales no han actualizado la situación desde hace más de 24 horas, cuando, según el observatorio Netblocks, se cortó completamente la conexión a internet.
Desde la violenta erupción del volcán submarino Hunga Tonga Hunga Ha’apai, que duró unos ocho minutos y pudo verse desde el espacio, registrada alrededor de las 17.20 hora local del sábado (4.20 GMT), las noticias procedentes de Tonga son escasas.
La olas gigantes golpearon con ferocidad en cuestión de minutos la costa norte de la isla tongana de Tongatapu, cuya elevación máxima no alcanza los 30 metros sobre el nivel del mar.
El Servicio Meteorológico de Australia señaló que “olas de unos 1,2 metros” golpearon Nuku’alofa”, capital de Tonga, con 24.500 habitantes, a unos 65 kilómetros al sur del volcán.
“Nuku’alofa está cubierta por una gruesa capa de ceniza volcánica, pero las condiciones (actuales) son de calma y estabilidad”, apuntó Ardern tras hablar con representantes neozelandeses en Tonga, supuestamente mediante teléfonos satelitales.
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Un avión de reconocimiento P3 Orion del Ejército de Nueva Zelanda despegará “una vez lo permitan las condiciones atmosféricas” para ayudar a valorar las consecuencias del tsunami en Tonga, y además preparan el envío de barcos de la Marina en tareas humanitarias.
La Federación Internacional de la Cruz Roja indicó en las redes sociales que sus equipos en Tonga ya se encuentran sobre el terreno y cuentan con “suficientes suministros en el país para apoyar a 1.200 hogares”.
Una de las grandes preocupaciones es que los acuíferos de agua potable, ya de por sí escasos, podrían quedar contaminados con la constante lluvia de ceniza, que a su vez podría causar problemas respiratorios entre la població