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¿Existe riesgo que el volcán Cotopaxi entre en proceso de erupción en 2022?

A medida que avanzan los años la incertidumbre sobre el inicio de un proceso eruptivo del volcán Cotopaxi crece en la población ecuatoriana. Esto se debe a que este coloso de 5.897 metros es uno de los volcanes más peligrosos del país, debido a su intensa actividad reciente y a su predisposición para originar lahares, con la fusión de los glaciares.

Por tratarse de un volcán activo con una de edad geológica muy reciente (el cono actual se ha edificado solo en los últimos 5.000 años), se debe reconocer que una próxima erupción del Cotopaxi es un hecho naturalmente indefectible. Sin embargo, es imposible precisar la fecha en que el fenómeno ocurrirá, en vista que la previsión de las erupciones se la puede concebir solamente en términos probabilísticos.

Bajo esta premisa, Theofilos Toulkeridis, docente investigador de la Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE, conversó con Metro Ecuador sobre los riesgos que implicaría una catástrofe de este tipo y la probabilidad que inicie un proceso similar en el 2022.

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¿Existe riesgo para el 2022?

Para Toulkeridis la probabilidad oscila entre el 66% al 77%. “La razón responde a los eventos catastróficos de los últimos 2200 años que nos da un promedio que cada 117 años pasa un hecho de este tipo. Este oscila de +/- 70 años”.

Detalló que ya hemos superado el tiempo estimado y si hacemos una curva probabilística se puede señalar el pasado porcentaje. Sin embargo, esto no significa que va a pasar el otro año o en dos años, quiere decir que es un cálculo en base de hechos.

“Siempre, antes de un proceso catastrófico tenemos fases – como lo que sucedió en 2015 (fase hidrotermal)- lo cual puede ocurrir dos o tres veces. No tengo ninguna duda que el próximo año pueda empezar algo idéntico a lo que sucedió en 2015″, comentó.

“Cuando ya se tenga los hallazgos (ceniza) se puede emitir un criterio si va a existir algo más fuerte”. Recalcó que una catástrofe no ocurre con la primera erupción, pueden pasar unas semanas más o hasta algunos pocos meses hasta que realmente ocurra una grave erupción que puede ser al vigésima quinta en su historia.

¿Qué pasará con una erupción grave?

La columna eruptiva se colapsará, se formará un flujo piroclástico, se derretirá parte de la superficie del glaciar y esto llevaría a los flujos de lodo (lahares).

¿Qué son los lahares?

En la historia eruptiva del Cotopaxi los lahares son fenómenos destructivos, de carácter recurrente, que se derivan de la actividad volcánica explosiva con flujos piroclásticos, que se desbordan por todo el contorno del cráter y extienden a toda la periferia la zona afectada por la fusión del hielo glaciar.

En estas circunstancias, todos los drenajes naturales que se originan en el cono volcánico, se convierten en rutas preferenciales para el tránsito de los lahares y, por lo tanto, el escenario de afectación se extiende a las cuencas hidrográficas del Esmeraldas (Sangolquí, San Rafael, Cumbayá, Guayllabamba), por el norte; del Pastaza (Lasso, Latacunga, Salcedo y Patate), por el sur; y del Napo (La Serena, Puerto Napo, Misahuallí, El Ahuano), por el este.

Los lugares más afectados

Destacó que en ese caso lo primordial es cuidar la vida y esto se logrará alejándose de los drenajes naturales que se fluirán hacia el sur, norte y oriente.

“Si nos referimos a sitios cercanos, como Pujilí, no se vería mayormente afectado, pero en Esmeraldas: sí. Esto producto del flujo que llevaría el río Guayllabamba (…) Se trata de qué tan cerca está de los drenajes naturales, no de la cercanía al volcán”.

¿Puede ocurrir reacción en cadena?

“Se ha comprobado que la erupción en cadena no existe, tampoco ocurrirá con el Cotopaxi. Podemos descartarlo, felizmente”.

¿Qué pasó en la última erupción?

Si se toma en cuenta que la última erupción ocurrió en 1877, la duración del actual intervalo de reposo (128 años) coincide con ese promedio estadístico determinado con base en las 19 erupciones de los últimos 2.000 años. De éstas, apenas cuatro corresponden a la época histórica, que se inició en 1534.

Una actividad volcánica explosiva, de características similares a la de 1877, que se ha determinado como la máxima probable, originaría los siguientes peligros volcánicos:

a) Caída de cenizas;

b) Emisión de flujos piroclásticos no relacionados con el colapso de una columna eruptiva (del tipo “boiling over”);

c) Lahares, originados por la fusión del hielo glacial.

Otros volcanes con actividades eruptivas

Está asegurada que el Sangay va a seguir en actividad, por ser uno de los más activos. En el caso del Reventador es del 99 % que continuará con su actividad.

El Tungurahua estaría en un 2%. Al final del siglo podría suceder una actividad eruptiva. “Me sorprendería que alguno se reactivaría (cerro negro, Zumaco, Cayambe, Chimborazo), es poca la probabilidad”, enfatizó.

Recomendaciones

“Escuchar a las voces oficiales autorizadas. En el caso de forma de prevenir es no caer en rumores, protegerse de la ceniza (mascarilla y no salir de casa)”. El experto destacó que en la parte sur de está trabajando en proyectos de mitigación para el impacto sea casi cero.

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