El multimillonario Jeffrey Epstein se suicidó en 2019 en la celda de la prisión neoyorquina donde había sido recluido de manera preventiva, antes de poder responder ante un tribunal por las acusaciones de abusos y tráfico sexual. Mientras que Ghislaine Maxwell está siendo juzgada por su supuesta participación en una trama de tráfico sexual de menores.
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Juan Alessi, nacido en Ecuador, trabajó como administrador de la casa de Palm Beach de Epstein en 1990. Durante el juicio de Maxwell reveló que la mujer impuso muchas y peculiares reglas. Una de ellas, no hacer contacto visual con Epstein.
“No ves nada, no escuchas nada, no dices nada, excepto para responder una pregunta que le dirijan a usted”, era parte del manual de instrucciones que fue presentado en la audiencia.
Otra regla era que no se revele lo que hacían o dónde estaban Epstein o Maxwell. También ser reveló que antes de que Epstein llegará debían asegurarse de colocar un arma en un cajón de una mesa en su dormitorio.
Juan Alessi mencionó que tuvo “muchas, muchas, muchas” invitadas femeninas en su finca, incluidas dos que parecían ser menores de edad, entre 14 o 15 años.
Una de las niñas, ahora tiene 40 años y usa el seudónimo de Jane en la corte. Ella testificó sobre el abuso cuando tenía 14 años. El exempleado afirmó que conoció a Jane en 1994, cuando ella visitó la finca con su madre. Alessi también relató que la recogió de la escuela, detalles que coinciden con el testimonio de Jane, quien dijo recordar que un hombre “latinoamericano” la recogió.
Recordó que cuando comenzó a trabajar para Epstein, el financiero recibía un masaje al día, pero años después a menudo recibía tres.
Jane relata abusos de Epstein
La mujer testificó que la dama de sociedad británica Ghislaine Maxwell, una antigua colaboradora del financiero estadounidense Jeffrey Epstein, estaba a menudo en la misma habitación cuando la testigo, que entonces tenía sólo 14 años, tenía relaciones sexuales con Epstein.
Maxwell “se mostraba muy desenvuelta (...) Como si no fuera gran cosa”, agregó. Afirmó que la acusada le instruyó sobre cómo darle masajes sexuales a Epstein y que, a veces, también participaba físicamente en los encuentros.
La testigo, que utilizó el seudónimo de “Jane”, fue la primera de las cuatro presuntas víctimas que se espera que testifiquen contra Maxwell en un juicio en la ciudad de Nueva York, donde está acusada de reclutar y preparar a niñas para que Epstein abusara sexualmente de ellas desde 1994 hasta al menos 2004.
La testigo conoció a Epstein en 1994 cuando ella asistía a un taller de música en busca de una carrera como cantante, relató ella. Epstein se le acercó y se presentó como un donante. Descubrieron que ambos vivían en Palm Beach, Florida, dijo.
La mujer y su madre pronto recibieron invitaciones a la casa de Epstein. Él y Maxwell la llevaron a comprar ropa, incluida ropa interior de Victoria’s Secret, dijo la testigo.
El ciclo de abuso comenzó cuando Epstein la tomó de la mano abruptamente un día y dijo: “Sígueme”, antes de llevarla a la piscina de la casa. Luego se bajó los pantalones, la jaló hacia él y “procedió a masturbarse”, dijo.
“Yo estaba congelada de miedo”, dijo. “Nunca había visto un pene antes... Estaba aterrorizada y me sentí asquerosa y avergonzada”.
En otra ocasión, la llevaron a una sala de masajes donde él y Maxwell se aprovecharon de ella, dijo.
“Había manos por todas partes y Jeffrey procedió a masturbarse de nuevo”, dijo.
Otros encuentros involucraron juguetes sexuales o se convirtieron en “orgías” de sexo oral con otras mujeres jóvenes y con Maxwell, agregó la testigo.
Se espera que el testimonio continue durante todo el día y hasta el miércoles.
Maxwell se ha declarado inocente. Uno de sus abogados dijo en un comunicado el lunes que la convirtieron en chivo expiatorio de Epstein, quien se suicidó en una cárcel de Manhattan a los 66 años en 2019 mientras esperaba ser enjuiciado por tráfico sexual.