Es sabido que el covid es vincula a varias otras enfermedades que pueden surgir tras el impacto de la pandemia. A esta lista se suma una nueva patología: el síndrome del ano inquieto.
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Se trata de una enfermedad poco conocida, muy similar al síndrome de las piernas inquietas.
Según científicos de la Universidad de Medicina de Tokio, un hombre de 77 años presentó cómo consecuencia del covid el síndrome del ano inquieto. Este sería el primer caso de este patología ligada a la pandemia.
Así lo conformó un informe publicado por la revista BMC Infectious Diseases, el 23 de septiembre por científicos japoneses.
“El síndrome de piernas inquietas (SPI) es un trastorno neurológico y sensoriomotor común, pero muy poco diagnosticado. El síndrome anal inquieto como variante del síndrome de piernas inquietas asociado con COVID-19 no se ha publicado anteriormente″, cita la publicación científica.
Al tratarse del primer caso de estas características, ha causado impacto en los círculos científicos.
Características
El detalle del caso habla de una persona que experimento insomnio y un cuadro de ansiedad cuando padeció covid. Tras varias semanas de haber superado del virus, regresó al centro asistencial afectado por un malestar anal profundo, que solo se calmaba cuando caminaba o se movía.
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Los médicos de la Hospital de la Universidad Médica de Tokio confirmaron que el paciente sentía la necesidad imperiosa de moverse para calmar sus molestias. Los profesionales confirmaron la presencia de hemorroides internas a través de una colonoscopia.
Según detalla el BMC Infectious Diseases, el hombre de 77 años manifestó “un malestar anal profundo e inquieto, aproximadamente a 10 cm de la región perineal. Se observaron las siguientes características en la región anal; la necesidad de moverse es esencial, empeorando con el descanso, mejorando con el ejercicio y empeorando por la noche”.
Se le realizó una colonoscopia que reveló hemorroides internas sin otras lesiones rectales. “Los hallazgos neurológicos, incluidos el reflejo tendinoso profundo, la pérdida del perineo de la sensibilidad y la lesión de la médula espinal, no revelaron anomalías. No se confirmaron milicias diabéticas, disfunción renal y estado de deficiencia de hierro. No se observaron antecedentes familiares de SPI ni movimientos periódicos de las extremidades”, revela BMC Infectious Diseases.