Estilo de Vida

Novena de Navidad Día 8: La Sagrada Familia, refugio de paz

Reza la Novena de Navidad Día 8 y prepara el corazón con oración, reflexión y espíritu de reconciliación.

Novena de Navidad Día 8
Novena de Navidad Día 8 (IA Metro Ecuador)

Monición:

Queridos Hermanos: Estamos en los últimos días de nuestra Novena de Navidad, y hoy pondremos especial atención a una institución vital para nuestra sociedad: la Familia.

Por tanto, la presencia de María y José que acogen en sus vidas al Niño Jesús, es el mejor modelo de una familia como lugar seguro donde se vive en paz y fraternidad, donde las heridas se sanan pronto y el amor nunca se rinde.

Cada día es una nueva oportunidad para valorar el regalo de nuestra familia. Hagamos que nuestras familias sean el lugar donde se cultive el don de la paz. Iniciemos este octavo día de nuestra Novena de Navidad diciendo: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Escuchemos la Palabra

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 2, 13-18

Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.


José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo.

Cuando Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado. Se puso furioso y mandó a matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado.

Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quiere que la consuelen, porque ya están muertos.

Palabra del Señor


Reflexionemos

La Sagrada Familia: refugio de paz

La familia ocupa un lugar central en la historia de salvación. La familia es el hogar donde el amor nunca se rinde, ni abandona. También, es el refugio de paz donde las heridas sanan más pronto. En pocas palabras, la familia es un don de Dios. Y aunque sabemos que no hay familia perfecta, Dios mismo ha querido entrar en la historia de la humanidad por la puerta de una familia. La Sagrada Familia, Jesús, José y María, no se vio exenta de graves peligros y dificultades. Vivir bajo la voluntad de Dios les implicaba aprender a confiar y caminar como peregrinos de esperanza en medio de la noche del sufrimiento y de la incertidumbre, y así lo hicieron cuando tuvieron que huir a Egipto porque Herodes quería matar al recién nacido.

Hoy, “nuevos herodes” amenazan la vida, la paz, la identidad y la unidad de los más frágiles. Muchos hogares han emprendido -con dolor y esperanza- un “nuevo éxodo” hacia tierras lejanas en busca de trabajo y mejores días para sus seres queridos. Es en esta nueva noche de huida y de dispersión de la familia, que el Niño Jesús viene a ser antorcha y faro de esperanza. Porque Jesús ha venido a unir y fortalecer aún más los lazos familiares.

Dios nos dé la gracia y el firme deseo de seguir poniendo a Jesús en el centro del hogar. Él es el guardián de las familias. Con la intercesión de San José y de la Virgen María vayamos a la cuna del Niñito Jesús apretando las manos de nuestros seres queridos, y digámosle con fe: “No hay nada imposible para Dios” (Lc 1,37).

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