La sexualidad en la adultez mayor comienza a ganar espacio en la investigación científica y en el debate público. Un estudio reciente reveló que las mujeres en etapas avanzadas de la vida utilizan con mayor frecuencia juguetes sexuales durante la masturbación que en las relaciones sexuales con pareja, una tendencia que estaría vinculada a los cambios físicos propios de la menopausia.
Según explican los autores, el descenso de estrógenos puede provocar sequedad vaginal, adelgazamiento de las paredes vaginales y dolor durante la penetración, lo que afecta la experiencia sexual. A esto se suman dificultades que también pueden aparecer en las parejas heterosexuales, como la disfunción eréctil.
Ante este escenario, muchas mujeres optan por alternativas al sexo con penetración, priorizando prácticas que resulten más cómodas y placenteras. El estudio señala que el uso de juguetes sexuales fue significativamente más frecuente durante la masturbación, y que quienes los utilizaban eran más propensas a reportar orgasmos frecuentes o casi siempre.
El rol del sistema de salud
Para Monica Christmas, directora médica asociada de The Menopause Society, estos hallazgos deberían llamar la atención del sistema de salud. A su criterio, hablar de sexualidad en las consultas médicas de rutina permitiría desestigmatizar el tema y ofrecer orientación útil sobre el bienestar sexual.
“La sexualidad no desaparece con la edad, pero sí cambia”, subrayó la especialista, al tiempo que advirtió que muchas mujeres no reciben información ni acompañamiento para adaptarse a esos cambios.
¿Qué dispositivos se usan más?
El estudio identificó que los juguetes más utilizados entre las mujeres mayores son el vibrador externo y los dispositivos penetrantes. Los investigadores aclararon que no se trata solo de placer: la estimulación también puede mejorar la irrigación sanguínea, aliviar molestias y favorecer una vivencia más positiva de la intimidad.
Un tema que sale del silencio
Históricamente, la masturbación y el uso de juguetes sexuales en personas mayores fueron temas poco estudiados y rodeados de prejuicios. Sin embargo, este y otros trabajos recientes muestran que la sexualidad sigue siendo parte de la salud integral en la adultez mayor.
“Dada la prevalencia del uso de juguetes sexuales y su relación con el orgasmo, las mujeres mayores podrían beneficiarse de recibir información clara por parte de los profesionales de la salud”, concluyeron los autores del estudio.
Lejos de ser una rareza, la sexualidad en esta etapa de la vida empieza a ser reconocida como una conversación necesaria, informada y posible.

