Estilo de Vida

Crecer con perros potencia la empatía y la salud emocional en los niños

Este 21 de julio, el Día del Perro, no solo celebra a nuestros fieles compañeros sino también todo lo que aportan a las futuras generaciones

Niños con perros
Niños con perros Three children are happily embracing a friendly dog in a garden. (JelenaA Cvetkovic / Envato/Envato)

Criarse con un perro en casa impacta positivamente en múltiples áreas del desarrollo infantil, desde lo emocional hasta lo físico. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de 2023, más de 2 millones de niños en Ecuador conviven con perros o gatos, y 169.491 de ellos viven exclusivamente con perros. Esto demuestra que la mascota se ha integrado como un miembro vital de la familia ecuatoriana. Estudios y especialistas coinciden en que esta convivencia fomenta la empatía, el sentido de la responsabilidad, el desarrollo de la autonomía, la seguridad emocional e incluso el fortalecimiento del sistema inmunológico de los niños.

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Para conocer más sobre esta realidad, en Metro Ecuador conversamos con el equipo académico del Centro de Eucación Inicial Mi Casita Montessori quienesndestacaron que vivir con perros impulsa el desarrollo integral desde edades muy tempranas. Además, un estudio científico, llevado a cabo por el Departamento de Psicología de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en Cataluña, avala estos beneficios, concluyendo que los niños criados junto a perros presentan mejores niveles de socialización y habilidades emocionales.

Desde su experiencia, afirman que: “Los niños desarrollan sentido de responsabilidad desde muy pequeños, aprenden a cuidar y respetar a otro ser vivo, y eso impacta directamente en su empatía, autonomía y seguridad emocional”.

Beneficios físicos, emocionales y sociales

El acompañamiento de una mascota, especialmente un perro, influye directamente en la formación emocional del niño. Las responsabilidades cotidianas como pasearlo, alimentarlo o simplemente cuidar de su bienestar fortalecen el sentido del deber y la autonomía. “Mi saca a pasear a nuestro perro desde los cuatro años. Ella entiende que es su responsabilidad, y eso fortalece su independencia y autoestima”, explica la experta.

En el aspecto emocional, los perros fomentan una sensación de seguridad y compañía. Al convertirse en parte del entorno familiar, son fuente de consuelo ante momentos de miedo o ansiedad. Además, motivan el juego simbólico y la imaginación. “Max duerme siempre a los pies de Alejandro. ‘Max me cuidó anoche’, me dice. Es su guardián emocional”, añade.

Inmunidad, salud y respeto al entorno

Contrario a prejuicios antiguos, los estudios recientes muestran que convivir con mascotas fortalece el sistema inmunológico y reduce el riesgo de alergias. La exposición temprana a bacterias naturales favorece una mejor adaptación del organismo. Además, vivir con un perro enseña empatía y respeto hacia otros seres vivos, valores esenciales en la crianza actual.

Evidencia científica: el perro como motor de desarrollo emocional

Un estudio de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en Cataluña concluyó que la convivencia con perros mejora significativamente el desarrollo socioemocional en niños de 3 a 5 años. Titulado “Relación entre la convivencia con perros y el desarrollo socioemocional en la infancia”, el estudio demostró que los niños con perros tenían mayores niveles de socialización, empatía y habilidades emocionales.

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La investigación fue realizada con 120 niños de distintas escuelas y niveles socioeconómicos. Las conclusiones confirman lo que ya viven miles de familias en Ecuador: tener un perro no solo mejora el ambiente familiar, sino que potencia el desarrollo integral de los niños.

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