Andrea Villacrés creció entre botones. Su mamá, Cecilia Maldonado, tuvo una empresa de confección y distribución a tiendas departamentales donde se realizaba prendas de todo tipo: ropa, disfraces, vestuario para televisión, un negocio con varias aristas. La pandemia la obligó a cerrar el negocio al que, por más de dos décadas, le dedicó todo su tiempo y energía. Ahora, su hija lo retoma con una nueva propuesta, nueva imagen y servicios, pero con la misma calidad y el mismo empuje. Madre e hija, ahora también, son socias.
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Cecilia es diseñadora de modas y estuvo vinculada siempre al tema de la industria de la confección, teniendo boutiques, siendo stylish para varios medios de comunicación, como fue Teleamazonas, que la contrató para que haga el vestuario del programa Xibalux que conducía Úrsula Strenge en los 90 ́s. Pero, además, hacía uniformes para empresas, vestuario para revistas de portadas como Vistazo, Expreso, entre otras.
“Yo fui creciendo con el negocio de mi mamá. Pasaba mucho tiempo con ella, entre telas, cierres y, ¡botones! Recuerdo que los coleccionaba porque los veía de todas las formas y colores. Llegué a tener muchísimos. Los guardaba en un frasco grande...”, comenta Andrea Villacrés, hija de Cecilia y quien, desde muy pequeña, estuvo acostumbrada al ritmo de trabajo de su madre.
En medio de los talleres, Andrea empezó a tener nociones básicas de lo que representaba el trabajo de su mamá. “Me empecé a dar cuenta que un botón, podía hacer la diferencia en una prenda, la podía transformar”, comenta. De ese recuerdo y, de la nostalgia de aquellos tiempos, nace un nuevo concepto para retomar la visión de negocio que su mamá, había fundado.
“La pandemia afectó mucho a todos. Mi mamá decidió jubilarse y cerrar el negocio al que le había dedicado su vida.”, comenta Andrea. Sin embargo, “esa idea de retomarlo con una nueva visión y servicio especializado, lo tuve presente durante los últimos tres años, dándole el enfoque adecuado para retomar el negocio. A mi mamá la seguían buscando las clientes de siempre, las cercanas, las de mayor confianza y le pedían de todo, vestidos de novia, quinceañeras, arreglos ...Es cuando analicé que la necesidad que tenía el cliente y, nuestra experiencia y asesoría, sin duda marcarían la diferencia”.
Botón, botón acaba de abrir sus puertas, justamente con este giro de negocio: Revivir las viejas prendas con ajustes y cambios que pueden hacerlas lucir diferente y “hacer realidad tu prenda soñada”, como lo dice Andrea. No se trata solo de “arreglar” la ropa, sino de cambiarla para que sea reutilizada. “En el mundo de la moda las prendas se usan y desechan con una facilidad espeluznante. Hay un montón de contaminación por la enorme cantidad de residuos textiles. Entonces, enmarcados en la moda sostenible, proponemos a BOTÓN, BOTÓN como una alternativa para darle una nueva vida a sus prendas, contando con la asesoría y la experiencia de mi mamá, que trabajó por años en esta industria...”, afirma Andrea.
Y, no solo eso, además y como parte de esta línea en la que están enfocadas, Andrea y su mamá ayudarán a la Benemérita Sociedad Protectora de la Infancia reciclando prendas que sus clientes ya no utilicen para entregarlas a la institución y que puedan ser usadas para sus beneficiarios.
“Sentimos que estamos contribuyendo con el mundo, al darle nueva vida a las prendas, pero también estamos aportando a la vida de cientos de niños y adolescentes que tendrán ropa en buen estado y que será utilizada ahora por ellos...”, explicó.
BOTÓN, BOTÓN nace de las ideas Andrea y de la experiencia de su mamá, quien con entusiasmo y experiencia se dedicó, durante años, a empoderar a miles de personas mediante sus prendas, pero también con una propuesta diferente y un concepto juvenil, elegante y “cool”. Dos generaciones que se unen para darle nueva vida, como a las prendas, al negocio que durante tres años tuvo un halo de nostalgia, pero que ahora, mira a futuro.