Ser una joven estrella a veces puede arruinar la vida de ellos mismos. Mara Wilson, la actriz conocida por ser Matilda de 1996, habló recientemente sobre como la fama que le produjo el mencionado personaje le trajo muchos problemas en su vida personal.
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Wilson es mayormente conocida por su papel en Matilda, además de participar en películas como Papá por Siempre - 71% y Milagro en la calle 34. Después de su éxito en la infancia, decidió alejarse de la actuación y ha centrado su carrera en la escritura y el activismo, abogando por la salud mental y los derechos LGBTQ+. Wilson es prima de Ben Shapiro, controvertida figura política estadounidense que a menudo escandaliza a los medios por sus declaraciones conservadoras en relación a temas como la diversidad de género, el aborto, el cambio climático y la inmigración; debido a sus posturas extremas, Wilson cortó relación con él tiempo atrás.
Además de esto, durante el rodaje de Matilda, Mara experimentó la tristeza de perder a su madre, que falleció a causa de un cáncer de mama.
En una reciente entrevista con The Guardian, la actriz de 35 años aseguró que siempre se sintió a salvo en los sets y junto a los directores con los que trabajo, pero también contó que pasó momentos muy difíciles siendo niña, cuando la prensa y la Internet comenzó a hablar cosas inapropiadas sobre ella:
Wilson también habla sobre su experiencia con Matilda, y cómo este personaje hizo que todos sus fans tuvieran demasiadas expectativas sobre ella. “Se sintieron decepcionados de que yo no fuera tan inteligente, bonita y agradable como ellos esperaban que fueran. Creo que esperaban que fuera Matilda, y ella es maravillosa, pero no es real. Ella es brillante en todos los sentidos. Es inteligente, amable y poderosa. Luego me conocieron a mí, esta adolescente nerd e incómoda que a veces se enojaba, pero ni siquiera podía canalizar su ira en poderes”.
Wilson siguió: “Nunca iba a estar a la altura de eso. Me afectó durante mucho tiempo porque tenía esta idea de Hollywood de que si ya no eres lindo, si no eres hermoso, entonces no vales nada. Porque lo relacioné directamente con la desaparición de mi carrera. A pesar de que estaba algo agotada de todo eso, y Hollywood estaba agotado de mí, no se siente bien ser rechazado. Durante mucho tiempo, tuve este tipo de dismorfia sobre la forma en que me veía y me obsesionaba demasiado”.