La nadadora chilena Bárbara Hernández, conocida como la sirena de hielo, logró una increíble hazaña este pasado lunes, al batir un récord mundial luego de convertirse en la primera persona en nadar 2,5 kilómetros en las heladas aguas del Antártico.
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La atleta asumió este reto con la intención de incentivar conciencia en la población mundial de la necesidad urgente de proteger los océanos ante el avance imparable del calentamiento global y la destrucción del planeta.
Es su segundo Récord Guiness
Para Hernández no fue suficiente quedarse con su primer récord mundial Guinness, al volverse la persona que más rápido nadó una milla oceánica a través del Estrecho de Drake, en el sur de Chile y ahora decidió añadir este nuevo hito a la historia, volviéndose la primera persona Latinoamericana en ingresar al Ice Hall Of Fame. Este récord lo realizó escoltada por un buque de la Armada de Chile con el objetivo de crear conciencia sobre el futuro del continente blanco.
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“Con mi corazón completo a nadar en Antártida!! Gracias por creer en mí y por la oportunidad @Armada_Chile son años trabajando por esto y lo daremos todo!! No nos olviden, les llevo conmigo siempre!” escribió la deportista extrema en un tuit.
Con mi corazón completo a nadar en Antártida!!!! Gracias por creer en mí y por la oportunidad @Armada_Chile son años trabajando por esto y lo daremos todo!!! Nos nos olviden, les llevo conmigo siempre! pic.twitter.com/S1bXsZXZCN
— Bárbara Hernández H. (@Barbarellah) January 25, 2023
Además, en un comunicado afirmó: “Estoy tan feliz y tan aliviada de que todo salió bien. Nadar en la Antártida ha sido un sueño que he tenido durante años, y parte de mi ambición de mucho tiempo de nadar en partes de los siete océanos del mundo”.
“Físicamente ha sido increíblemente duro, pero todo vale la pena si el mensaje sobre la necesidad de una acción urgente de proteger estas maravillosas aguas llega a los tomadores de decisiones”, agregó la deportista y activista.
La sirena de hielo, que forma parte del grupo líderes Antártica 2020 que pide mayor protección marina en la región, realizó su proeza en un tiempo también récord de 45 minutos y 50 segundos vestida con un simple traje de baño y a -2 grados celsius, a través de una zona con oleaje próxima a la Isla de Greenwich, en la península Antártica.