Uno de los grandes misterios que envuelve la investigación en Marte es definir si hubo vida o no en el planeta rojo. Los científicos parecen estar cada vez más cerca de comprobarlo, luego de que la NASA encontrara una roca con la mayor abundancia de materia orgánica hasta la fecha.
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En un comunicado de la agencia espacial estadounidense, los expertos definieron este hallazgo como “la toma de las más preciosas muestras recogidas hasta ahora”, que contienen firmas biológicas que serán confirmadas en su regreso a la Tierra.
David Shuster, científico encargado de la investigación, expresó: “Creo que podemos decir que van a ser, y que se trata ya de las muestras de roca más preciosas jamás recogidas”.
Como insiste un informe de DW, esta no es una prueba de que hubo vida en Marte, pero es la mejor posibilidad que manejan los científicos para detectar una posible vida microbiana antigua.
¿Cómo se pudo producir la firma biológica?
La NASA prevé traer estas muestras de regreso por medio de otra misión antes del lejano 2033, por lo que confirmar si en Marte hubo vida quedará para la próxima década salvo que se presente un hallazgo sorprendente.
Esta firma biológica pudo haber sido producida por la presencia de vida, pero también por un proceso inerte. Para considerar esta biofirma como definitiva, las muestras deben ser analizadas por potentes instrumentos de laboratorio en la Tierra.
Las muestras se tomaron de dos cortes, perforando en una roca bautizada “Wildcat ridge”, de aproximadamente un metro y situada en un delta que se formó hace unos 3.500 millones de años en la intersección entre un río y un antiguo lago. Curiosamente, la roca es sedimentaria y se formó cuando el lago se evaporó.
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El brazo robótico del róver Perseverance utilizó un instrumento para analizar la roca, que reveló compuestos orgánicos, hechos de carbono y que pueden contener hidrógeno, definidos por Ken Farley, otro de los científicos a cargo del estudio, como “los elementos esenciales de la vida”.
Una misión será lanzada en 2028 para recuperar las muestras por medio de un módulo de aterrizaje que lleva encima una minicápsula. El róver rodará hasta el módulo para dejarlas y luego serán transferidas a una nave en órbita, que las llevará a la Tierra en el 20233.