En medio de la delicada situación que se encuentran los centros médicos producto de la alta circulación de los virus respiratorios infantiles y de la escasez de camas pediátricas disponibles en Latinoamérica, por ejemplo, en Chile el Ministerio de Salud informó que durante este 2022 se han contabilizado 25 menores de 15 años que han perdido la vida producto de las infecciones virales. Si bien las consultas en urgencias bajaron entre 20% y 30% desde el inicio del receso escolar, la frecuencia simultánea de virus sigue generando preocupación entre la población.
PUBLICIDAD
Según explicó Fernando Martínez, pediatra y médico broncopulmonar infantil de Clínica MEDS, “para evitar estas infecciones, la verdad, es que no hay mucho que se pueda hacer cuando se está viviendo una vida normal. Ir enfermándose es la forma en que los niños van adquiriendo sus propias defensas y lo que ha ocurrido es que esos menores que estuvieron prácticamente sin enfermedades durante dos años, ahora se están enfermando mucho más de lo habitual al entrar en contacto con otros niños en los colegios”.
Martínez agregó que “las enfermedades son la forma en que ellos van adquiriendo las defensas específicas contra las infecciones virales, por lo tanto, en la medida que van creciendo y se van enfermando, lo van haciendo menos. En general, estas infecciones virales son autolimitadas y no requieren tratamiento”.
En relación a las señales que deben estar atentos los adultos para llevar a los niños a una atención médica, el pediatra aseguró “si un niño se ve muy decaído, que no se quiera alimentar o que los padres lo noten con una respiración muy agitada, sobre todo cuando detectan que se les hunde las costillas cuando respiran, esas son indicaciones de consultar. También, hay que estar atentos a si hacen neumonia y caen en una insuficiencia respiratoria, o si se sobreinfectan con una bacteria que pudiera requerir antibióticos. Es muy frecuente que estas infecciones virales provoquen fiebre, pero si les baja y los niños se ven bien uno podría esperar”.
Respecto a las medidas que deberían incorporar los padres en el hogar, que permitan asegurar un ambiente saludable para los niños, el especialista en enfermedades respiratorias pediátricas explicó que “las chimeneas, braseros y estufas tradicionales a parafina y gas son los sistemas de calefacción más contaminantes, por lo que su uso debe evitarse. En caso de que no haya otra alternativa, es esencial ventilar de forma permanente e ir revisando periódicamente que los artefactos estén en buen estado, de modo que la combustión sea óptima”.
El especialista agregó que “es esencial ventilar la casa aun cuando haga frío y evitar conductas como fumar dentro de la casa. La presencia de partículas contaminantes en el ambiente, ya sea al aire libre o en lugares cerrados, provocan irritación y mayor propensión a inflamaciones de las vías aéreas. De esta forma, están más expuestas a inflamarse y provocar en los niños aumento de síntomas de enfermedades respiratorias. Esto, sumado al frío y a la humedad ambiente, es una de las principales causas del incremento del contagio de este tipo de virus e infecciones durante el invierno”.
Asimismo, el médico broncopulmonar infantil hizo un llamado a hacer el aseo profundo de forma periódica e intentar no levantar polvo cuando se convive con menores de edad. Además, advirtió que el exceso de humedad también puede ser muy perjudicial en esta época del año, y aconseja evitar el exceso de vapor en la casa, provocado por hervir agua, al cocinar o al secar ropa.