Lamentablemente es un hecho común que las mujeres se vean expuestas a situaciones incómodas en el trabajo, en especial, cuando los jefes son hombres.
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A continuación, les comentamos varias situaciones que presenta la revista estadounidense Reader´s Digest y sus respectivas sugerencias de cómo reaccionar.
- El jefe quiere que hagas algo que no es ético. En asuntos menores sales mejor si le cubres las espaldas, pero nunca falsifiques datos, rompas documentos, ni reveles información personal o confidencial.
Explícale con calma que te sentirías incómoda haciendo lo que te pide. Con suerte, tu jefe comprenderá que se ha pasado de la raya y te dejará en paz. Si se trata de un individuo rencoroso, puede despedirte en cualquier momento por una falta menor. Protégete llevando un récord de su demanda deshonesta, para presentarlo en el Departamento de Personal.
- Tu jefe impone fechas de entregas “imposibles”. Es mejor negociar por más tiempo que comprometerse a lo que no se puede cumplir.
Sin quejarte que la tarea es imposible, limítate a describir lo que implica el proyecto. Explica el tiempo que tomó anteriormente un trabajo similar, revisa el estado de tus tareas actuales y luego pide una extensión.
- Tu jefe te invita a salir. A lo mejor te sientes halagada pero no aceptes, si quieres proteger tu futura credibilidad.
Trata de decirle “No” clara, pero delicadamente, explicándole que no mezclas el placer con los negocios.
- Eres tan competente que el jefe te recarga de trabajo. Por supuesto que quieres que él delegue en ti, pero no que te mantenga tan ocupada con pequeñeces, que no te quede tiempo para los proyectos de envergadura que impulsarían tu carrera.
Reserva el “No” para el momento adecuado y empieza a trabajar duramente. Unos días después, dile a tu jefe que te ayude a establecer prioridades.