“Es el dolor más grande que unos padres pueden sentir”, estás fueron las palabras de Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez tras la pérdida perinatal de su hijo unos pocos días atrás.
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El mundo sigue conmocionado luego de que el astro del fútbol y su esposa anunciaran que, de sus mellizos, solo la niña sobrevivió.
Lo que significó una de las más tristes noticias luego de tan larga y ansiosa espera.
Un dolor extremo que, a su vez, es uno de los menos discutidos en el mundo a pesar de ser una de los fallecimientos más comunes.
¿Qué es una pérdida perinatal?
Lo primero que hay que aclarar es que este tipo de muertes tienen su propia definición y características, ya que se diferencian a los fallecimientos infantiles.
En el argot de la medicina, una pérdida perinatal se origina entre las 28 semanas de embarazo y los primeros 7 días de nacimiento.
Esto quiere decir que puede ser muerte del feto dentro del vientre de su madre o a los pocos días de haber nacido.
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Cualquiera de las dos formas cuenta como una pérdida perinatal sin importar las circunstancias del fallecimiento.
Diferencias entre los tipos de mortalidad
Desde el embarazo, pasando por el nacimiento hasta llegar al primer año de vida, la denominación cambia según el tiempo transcurrido.
Existen cinco denominaciones para estos casos, la primera es el aborto, ya sea inducido o espontáneo, durante las primeras 20 semanas de embarazo.
Pasados los 5 meses de gestación aproximadamente hasta la semana número 28, cuenta como muerte fetal.
Llegamos a la pérdida perinatal, como lo mencionamos antes, cuando el fallecimiento se origina entre las 28 semanas de gestación y los primeros 7 días de nacimiento.
También existe la muerte neonatal, ocurrida a partir de la segunda semana hasta la cuarta semana de nacimiento.
Para concluir con el fallecimiento infantil, el cual ocurre antes de cumplir un año de nacido.
¿Por qué este tipo de defunciones es la menos dialogada?
Según psicólogos, la pérdida de un feto o recién nacido es un dolor principalmente de los padres, ya que son estos los primeros afectados por obvias razones.
Cuando un niño, adolescente o adulto muere, deja un vacío en diferentes miembros de la familia que compartieron con ellos.
Así mismo, en los amigos y compañeros que conocieron en vida, pues ya sea mucho o poco, dejaron una huella independiente en cada persona.
Pero esto no ocurre en los casos de pérdida perinatal, ya que a pesar de que los familiares esperaran con ánimos el nacimiento, es la madre quién sufre un dolor más intenso.
Pues tuvo en su vientre ese ser que lamentablemente no tuvo la oportunidad de una vida plena y feliz.
Es por ello que muchas veces este luto se mantiene hermético entre las personas que lo sufren y no sale a la luz como tema de conversación por representar un pasado doloroso que no queremos recordar.